La Escherichiacoli (E. coli) es una bacteria que se encuentra normalmente en el intestino del ser humano y de otros animales.

Lavarse las manos antes de preparar los alimentos, cocinar bien los productos de origen animal y evitar los lácteos no pasteurizados son algunas medidas para minimizar el riesgo de transmisión de E. coli, una bacteria capaz de causar importantes alteraciones.

La Escherichiacoli (E. coli) es una bacteria que se encuentra normalmente en el intestino del ser humano y de otros animales. “Aunque no parece que su presencia tenga una función especialmente relevante, se ha descrito que la bacteria E. coli favorece la absorción de algunas vitaminas, especialmente la vitamina K”, explica José María Marimón, experto de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

“Hay muchos tipos diferentes de E. coli, la mayoría son inofensivos y, en realidad, representan una parte importante del contenido intestinal del hombre sano”, detalla el especialista. Sin embargo, “algunos son capaces de producir enfermedades relacionadas con el tracto gastrointestinal”, matiza el experto.

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El especialista aclara que algunas infecciones son suaves mientras que otras pueden ser muy graves. De hecho, “este tipo de E. coli fue el causante del brote en Alemania y otros países europeos en el año 2011”, apunta.

Pero existen otros tipos de E. coli que también producen enfermedad gastrointestinal, como el E. colienteroinvasivo, el E. colienterotoxigénico y el E. colienteropatógeno que, en general, causan diarrea más o menos grave en función del tipo de E. coli, manifiesta.

El doctor Marimón explica que, en los peores casos de la infección por E. colienterohemorrágico, se puede producir el síndrome hemolítico urémico, que se caracteriza por anemia hemolítica (disminución de los glóbulos rojos), trombopenia (disminución del número de plaquetas) e insuficiencia renal aguda que, con frecuencia, requiere hemodiálisis.

(vanguardia.com.mx)