Mérida, Yucatán.- El quetzal, animal considerado sagrado por las culturas prehispánicas del sureste de México, el cual los mayas lo asociaron con Kukulkán, por lo que aparece en múltiples relieves e inscripciones, se encuentra en peligro de extinción, advirtió una experta de la UNAM.

La naturaleza del ave de plumas de gran colorido le impide vivir en cautiverio, por lo que ha estado expuesto al saqueo y tráfico ilegales, actividades que junto con la destrucción de su hábitat y sus naturales depredadores lo han puesto al borde de su desaparición.

Sofía Solórzano Lujano, especialista de la División de Investigación de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM, planteó que la especie, considerada emblema de Mesoamérica, figuraba entre los mayas como el vínculo del hombre con las deidades del cielo y de la tierra, es decir, con el supra e inframundo.

Las plumas del ave quetzal, agregó, eran tan valoradas por los sacerdotes y gobernantes antiguos de alto rango, como lo representa el Penacho de Moctezuma, el cual se encuentra en Viena y ha sido, por cierto, motivo de controversia y lucha de asociaciones que demandan su devolución a tierras mexicanas.

La investigadora expuso que el ave, pharomachrus mocinno –su nombre científico-, de plumas de color esmeralda iridiscente, habita en los bosques nubosos del sureste de México y Centroamérica, donde ha sido cazado por sus plumas o para ser vendido como mascota.

Solórzano Lujano expuso que la tala de regiones selváticas y su conversión en cultivos de maíz y frijol, así como en pastizales para ganado, han disminuido las posibilidades de supervivencia del quetzal como especie, el cual está considerado en peligro de extinción por la Semarnat según la NOM-59-Semarnat-2010.

La investigadora recordó que los países donde habita el animal firmaron un acuerdo que regula el tráfico de especies amenazadas y establece la prohibición de hacerlo con ejemplares vivos o muertos o con sus productos o subproductos, al igual que se han establecido zonas protegidas.

En su órgano de difusión, Gaceta, la UNAM da cuenta de las condiciones precarias en que sobrevive el ave, el cual es asediado por ardillas, tucaneta verde y mamíferos nocturnos que atacan sus huevos o polluelos, así como por búhos, halcones y aguilillas, además del hombre.

(Jesús Mejía)