Mérida, Yucatán.- Una recopilación de las cantinas que hicieron época entre los parroquianos yucatecos y andanzas de sus protagonistas, muchos de ellos personajes reconocidos de esta ciudad, recopila el libro “Anécdotas de las Cantinas de Mérida. Para que amarre” de Sergio Grosjean Abimerhi, presentado este sábado ante una gran concurrencia.

Ante más de un centenar de personas seguidoras de Baco, entre ellos periodistas, cronistas y bebedores consuetudinarios, el escritor situó a las cantinas de Mérida como referentes urbanos, centros culturales, “similares a una logia en la que todos son cófrades dispuestos a proteger el honor de sus camaradas y adeptos”.

“Gran parte de las cantinas las hacen las personas que allá asisten y ellas propician que adquiera su propia personalidad; por ejemplo, las cantinas bohemias, donde el culto a la música es su esencia; en otras, la buena conversación es su mayor atributo; y seguramente en otras, los improperios, las mentadas de madres son la sazón vital”, puntualizó.

En dichos espacios sui generéis “al calor de las copas y de la euforia etílica se ratifican amistades o se colapsan las ficticias, trascienden experiencias que no es común advertir en otros ambientes, pues en ellas brota una adhesión singular entre los parroquianos”, comentó el autor de la publicación con tiraje inicial de dos mil ejemplares.

“A lo largo de las décadas en la ciudad de Mérida han existido abundante cantidad de cantinas y, por desgracia,  muchas de ellas han desaparecido, por lo que sus nombres quedaron rezagados y olvidados con el paso del tiempo o sepultados por las nuevas construcciones”, señaló durante la presentación del libro.

El cronista y escritor Roldán Peniche resaltó la publicación por las anécdotas, las fotografías de hace más de un siglo, los anuncios publicitarios, cartones, retratos de dipsómanos y las grandes crónicas y fantásticas vivencias que fueron rescatadas del olvido.

cantinas_libro2Aceptó que las cantinas se han reducido drásticamente de tal forma que en torno de la Gran Plaza llegó a haber hasta 20 abrevaderos. Muchas ya no existen pero fueron tan famosos como el Siboney, BarLatino, La Casona, Foreign Club y otros, dijo Peniche, quien distinguió las diferencias de éstas con respecto de los bares estadounidenses con hombres solitarios que conoció en sus viajes.

La camaradería entre periodistas, parroquianos y amistades del escritor fue la constante durante la presentación y la charla en torno del libro de 167 páginas en La Cantina “El Marinero” de la Carranza, donde prevaleció un ambiente relajado sin los cartabones de los actos oficiales.

Grosjean reconoció que el libro ha despertado interés y curiosidad, en particular, de las amas de casa, quienes quieren saber, comentó, dónde andan sus maridos. “Tengan la seguridad de que sus esposos están bien seguros porque en las cantinas no hay mujeres”, señaló.

Conrado Rochel, prácticamente coautor de la publicación por sus aportaciones de la memoria popular, expuso que en esos espacios “se dan los acontecimientos más insólitos, son centros neurálgicos de la cultura popular, lugares de producciones literarias y donde se ha probado la primera cerveza de la vida”.

“Las cantinas son pequeñas, lujosas, descuidadas, ruidosas, acogedoras, con sabor muy particular”, dijo Rochel, quien citó cantinas de gran arraigo como “La Libertad” y “La Francia” y otras de nombres pintorescos como “El cañón de Mondragón” y “La joven Turquía”.

Se mencionaron nombres de bebedores, dueños y parroquianos como Alberto barrera, Felipe Escalante, Salvador Rodríguez, el compositor Pastor Cervera y tantos otros que figuran en el libro, el cual también cita una larga listas de abrevaderos ya desaparecidos y existentes.

En el sitio charlaron y festejaron las anécdotas Armando Escalante, René Flores Ayora, Luis Boffil, José Luis Preciado, Jaime Tetzpa y otros.

(Jesús Mejía)