Por: María del Mar Boeta

“Me están dando ganas de ya no ser mujer”, pensó.

Mérida, Yucatán.- Las trabas constantes tanto de su familia como del medio en que se desenvolvía la alejaban de su gran amor: El teatro. Sabía que las intenciones de sus padres sólo tenían el objetivo de protegerla pero decidió que todas esas dificultades sólo la harían crecer y empezar a tomar decisiones.

Así, Socorro Loeza Flores aprendió a costurar, a hacer vestidos para pagar sus estudios y concluir la preparatoria ya que le habían dicho que sólo podría cursar hasta la secundaria. Juntó su dinerito y lo logró, al mismo tiempo que se integró al grupo de teatro de su hogar de origen, Tecoh. Sin embargo esto también significó un conflicto con sus seres queridos porque los ensayos eran a las 9, 10 de la noche y no está bien visto que una mujer no se encuentre en su casa a esa hora.

Socorro perseveró y después de un intento de ingresar a la carrera de Educación Artística la apertura de la Licenciatura en Teatro le abrió nuevos horizontes. Tenía 30 años en ese momento y tuvo dudas aunque siguió adelante y en pleno junio de 2016 está contando los días porque en un mes concluiría su maestría en Dirección Escénica.

La historia de esta mujer forma parte de los 100 relatos incluidos en el libro “Historias de mujeres mayas yucatecas”, compilatorio de Nancy Walker y Garbiñe Delgado, que ayer se presentó en el Parque Aak con motivo de su octavo aniversario. La edición se lanzó en el marco de los cien años del Primer Congreso Feminista Mexicano a iniciativa de la organización Ciencia Social Alternativa “Kóokay” con el apoyo del Día Mundial de Oración.

Socorro quiere que su historia sea el mensaje de que “los seres humanos debemos ser capaces de decidir, entender que tomar decisiones que son buenas para ti también son buenas para lo demás y no anteponer lo que demás digan que debes ser”. Ella estudió teatro para regresar a su pueblo, según nos cuenta, y actualmente escenifica un montaje basado en la leyenda maya de La Cabeza Errante. Ahora su familia la apoya y su papá trabaja con ella.

En “Historias de mujeres mayas yucatecas” también conoceremos un poco de la vida de Berónica Crespo “Doña Bella”, mujer que se llena de orgullo al hablar de sus cinco hijos: Thomas John, Anne Marie, Christina Verónica, Carla Trinidad, Alejandra Adriane y Michael Anthony. Son su principal motivación, las razones que la impulsaron a seguir.

Doña Bella explica que en un principio se sintió incómoda con el relato de sus experiencias para el libro porque ella siempre quiso un hogar tradicional para sus hijos pero las circunstancias la llevaron a tener que enfrentar las adversidades económicas y emocionales y así brindarle a su familia todo lo que necesitaba. Su matrimonio a los 19 años con un estadounidense empezó bien y se fue deteriorando con el transcurso del tiempo debido al alcohol, obligándola a tomar decisiones drásticas.

“Tenía que luchar y no podía sentarme a llorar”, explica.

Originaria de Telchac Pueblo y residente de Telchac Puerto desde hace más de 40 años, doña Bella comenzó lavando platos en un conocido establecimiento de la costa. Ha sido candidata a la alcaldía en la década de los noventa y es conocida como empresaria restaurantera, aunque para poder ser dueña de un local propio tuvo que derribar muros como la exigencia de favores sexuales para lograr los permisos, la resistencia tanto de hombres y mujeres de su comunidad ante su trabajo administrativo…

Doña Bella asegura que el mensaje que quiere dejar con su historia es de esperanza porque sabe que hay muchas mujeres que viven en esta situación y son sustento de su familia. “No hay que parar, aunque parezca que no tengamos premio, a lo largo de la vida se ve la recompensa”.

En “Historias de mujeres mayas” los relatos se clasifican según el rubro en que destacan las entrevistadas, como comercio, artesanía, educación, medio ambiente, política y religión, derechos humanos y medio ambiente. En sus páginas leemos nombres que ya forman parte habitual de las actividades a favor de Yucatán como Cecilia Uh Jiménez, María Elisa Chavarrea, Martha Aracelly Ucán y Sol Ceh Moh, entre otras.

El libro tiene un precio de $100 y puede adquirirse en el Parque Aak y en los eventos que se realizarán en diferentes comunidades por parte de Kóokay.

Octavo aniversario del Parque Aak

El Parque Ecológico Aak se encuentra en la comisaría de Xcunyá y este mes celebra su octavo aniversario ofreciendo 24 espacios lúdicos y educativos de 9 a 1 de la tarde. Se centra en tres ejes: cultura maya, tecnología sustentable y educación ambiental.

De lunes a viernes ofrece los talleres Planta tu Planta, Deshidratador Solar, Cultura Maya, Papel Reciclado y Velas Aromáticas, siendo su principal objetivo la convivencia con la naturaleza.