Desde la llegada de Castillo a la Conade, la institución ha estado inmersa en diversos problemas

El deporte mexicano no ha dejado muy buena impresión durante los Juegos Olímpicos de Río 2016. Los resultados no han sido los deseados y como era de esperarse, las críticas hacia los deportistas de las diferentes disciplinas que participan en la justa no se han hecho esperar. Pero ¿por qué no se obtendrán tan buenos resultados en el deporte? ¿el problema es simplemente un mal desempeño individual de los atletas? ¿o ese será a caso solo un síntoma del verdadero problema?

Alfredo Castillo, está en el ojo del huracán. El flamante director de la Conade se ha visto envuelto en diversos problemas a lo largo de su carrera política. ¿Política? sí, política. Alfredo Castillo ha trabajado en la Procraduría general de la República, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), en la ya extinta Agencia Federal de Investigación y como Comisionado de Seguridad en Michoacan. Ahora después de varios escándalos en los que ha sido involucrado, fue colocado al mando de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
La pregunta es lógica, ¿por qué alguien que ha realizado su carrera en la política y seguridad, ahora dirige al organismo encargado del fomento, regulación y administración del deporte amateur y profesional?

Desde su llegada a la Conade, la intitución ha protagonizado varios escándalos, debido a que no se ha apoyado como debería a las distintas disciplinas deportivas.

En 2015 la Conade desconoció a diez disciplinas olímpicas, luego de “haberseles detectado irregularidades normativas, administrativas y presupuestales”, por lo que se creo un gran conflicto puesto que los atletas de esas disciplinas vieron sus recursos muy recortados. El problema fue tan grande que llegó al Comité Olímpico Internacional, instancia que tuvo que intervenir ya que en algún momento se podía ver afectada la participación de los atletas en los Juegos Olímpicos (que se realizan ahora).

Los casos más sonados fueron los de la Federación Internacional de Natación, donde incluso se llegó a cancelar el Mundial de la especialidad que se llevaría a cabo en Guadalajara en 2017. A raiz de la cancelación del evento, la FINA puso una multa a la Conade.

Por su parte la Federación Internacional de Basquetbol (FIBA) desconoció a México, por lo que la selección mexicana corrió riesgo de no poder participar en la busqueda de un boleto para los Juegos Olímpicos de Río 2016.

En la Copa Mundial de Tiro con Arco en Mayo de 2015, la delegación mexicana recibió los uniformes incompletos. Lo mismo ocurrió en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, donde se tuvo problemas por la vestimenta.

El clavadista mexicano Rommel Pacheco, quien ganó medalla en la competencia de 2015 tuvo que subir al podio sin que sonara el himno nacional mexicano, ni ondeara la bandera debido a la sanción que la Federación Internacional de Natación impuso a la Conade, tras la cancelación del Mundial de Natación de 2017 que se realizaría en Guadalajara.

Estos son tan solo algunos de los problemas en los que la Conade se ha visto envuelta desde la llegada de Alfredo Castillo. Pareciera entonces que esta institución perjudica más de lo que ayuda a los deportistas. El problema del deporte en México no pasa por la falta de talento en los atletas, sino por el poco apoyo que se les da para que estos desarrollen sus habilidades. Es claro pensar que la persona que está al mando de la institución que fomenta el deporte, debe ser alguien que haya dedicado su vida a él.

(vanguardia.com.mx)