Mérida, Yucatán.- La premisa de que la ciencia debe ser para todos, la necesidad de  aceptar nuestra responsabilidad como sociedad, la obligatoriedad de enseñar a los niños  y el entendimiento de que la educación empieza en la casa son algunos de los temas que plantea el profesor y médico Juan Ramón de la Fuente para la transformación de México.

“Las puertas de entrada para la economía del conocimiento, que es la  que nos conviene como país, son la educación y la ciencia abierta. El concepto de ciencia de unos cuantos sabiondos y arrogantes está superado, necesitamos que llegue a la mayor gente posible”,  agrega el ex rector de la Universidad Autonóma de México  (UNAM).

De la Fuente visitó Mérida para ofrecer la conferencia “Educación para el desarrollo”, como parte de las actividades del FICmaya 2016. El evento congregó a profesionales de la educación, estudiantes y médicos y por momentos tuvo momentos humorísticos por las continuas referencias a los “gazapos” de Donald Trump en su campaña como candidato a la presidencia de EEUU, motivando los aplausos de los asistentes.

“Los países más exitosos del siglo XXI son aquellos que generan conocimientos, que usan eficientemente la tecnología, aplican políticas públicas a largo plazo e incrementan su comercio  internacional. Son los que se han dedicado a cultivar su capital humano”, detalla.

“A fines del siglo pasado nos dimos cuenta que el conocimiento era importante para la economía y el desarrollo, que la  producción tenía un valor agregado si se aplicaba con este aspecto. Así, vivimos la época de la sociedad del conocimiento Promueve la calidad de vida, propicia el crecimiento, reduce la pobreza.”.

Finlandia es un ejemplo de lo anterior porque “una buena innovación transforma la economía de los países”, agrega el investigador.  Los teléfonos celulares Nokia “son una producto típico de la sociedad del conocimiento porque transformó la economía de un país. Con un producto, Finlandia  se colocó a la vanguardia tecnológica”.

“Hay que fomentar la inventiva, la imaginación, las expresiones artísticas, las reflexiones”, asevera. “Existen estrategias para lograrlo, no atajos, y eso se lo tenemos que decir a nuestros gobernantes, es un proceso que necesita tener continuidad. Alguien tiene que iniciarlo, continuarlo y todos tenemos que mejorar. No  podemos darnos el lujo de ya no confiar en nuestras instituciones. Si hubo razones para perderlas, tenemos que encontrar nuevas”.

La educación es la herramienta para lograrlo, pero para esto se necesita que sea incluyente y eficiente, que se convierta en el mecanismo de movilidad social, donde no podemos dejar a un lado los principios y valores. Necesitamos trabajar en estos tres puntos y la reforma educativa debe empezar por esto”.

El ejemplo nórdico

“Cuando tienen que haber recortes monetarios, el presupuesto para la educación no se toca. En México, la cultura, ciencia, artes son los primeros que sufren reducciones”, dice De la Fuente sobre la economía del conocimiento en los países nórdicos, citándolos como ejemplo.

“Yo sí creo que en nuestra nación necesitamos mejorar la calidad del magisterio, pero también que hay  una gran cantidad de maestros que necesitan ser estimulados, mejor recompensados y que pueden tener una respuesta formidable”.

(María del Mar Boeta)