“Si quieres tener una carrera en Medicina en estos días, lo mejor es que estudies matemáticas o sistemas, más que biología”. 

La frase es de Rory Collins, jefe de los ensayos clínicos de la Universidad de Oxford, y la dijo en medio de una discusión sobre los pros y los contras de las estatinas (las drogas más comunes utilizadas para el control de colesterol).

Era una buena frase, pero no pensé mucho en ella sino hasta un par de días después cuando estaba en medio de una rueda prensa sobre el lanzamiento de una iniciativa para luchar contra el cáncer.

Y fue porque allí había un científico que no reconocí, pero pronto me di cuenta de que era precisamente el tipo de persona que Collins tenía en su cabeza.

Era el doctor en astrofísica Andrea Sottoriva. La mayoría de su carrera se había centrado en el estudio de los neutrinos -aquella elusiva partícula creada para la fusión de los elementos en los astros como nuestro sol- en el fondo del océano y en analizar los resultados de los experimentos en el Gran Colisionador de Hadrones del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), en Suiza.

“Me experiencia es en ciencia computarizada, específicamente en la aplica a la física de las partículas”, me dijo cuando nos reunimos en un laboratorio de la ciudad de Sutton, en el sur de Reino Unido.

(Información completa: bbc.com/mundo)