Mérida, Yucatán.- La verdad histórica afirma que la desaparición de 43 estudiantes el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, se debió a un conflicto de narcotráfico.

Pero también está la verdad alternativa , la que indica la participación del Ejército Mexicano, y esa es la que ofrecen las páginas del libro “La guerra que nos ocultan” de Francisco Cruz, Félix Santana Ángeles y Miguel Ángel Alvarado.

La publicación, que se presentó hoy en la Facultad de Economía de la Uady,  es resultado de la investigación periodística de los autores.  Desde el 18 de agosto está a la venta y de acuerdo con  los escritores, las autoridades mantienen silencio sobre su investigación aunque los medios de comunicación masivos- se han unido a la omisión.

“Desde nuestro punto de vista el Estado Mexicano sabe dónde están los 43 desaparecidos y es un asunto de voluntad política que no quieren hacerlo”, manifiestan Santana Ángeles y Alvarado.

“Al día de hoy se ha mantenido oculto que las Fuerzas Armadas y las instituciones de seguridad nacional  participaron y ese ha sido el discurso reiterado de la Secretaría de Defensa Nacional y de la Sedena”,  explica Santana Ángeles.

Alvarado explica que tuvieron acceso al expediente  de la Procuraduría General de la República, de aproximadamente 160,000 hojas. “Nos encontramos con un expediente perfectamente armado, todo coincide, lo que nos indica que alguien lo volvió a hacer”.

Lo que nosotros documentamos es que el celular del joven Julio César Mondragón Fuentes, quien fue desollado la mañana del 27 de septiembre de 2014, fue robado pero mantuvo actividad de comunicación varias meses después del asesinato”. La Comisión de Derechos Humanos asegura que Mondragón perdió el rostro por culpa de los animales del lugar pero los periodistas demostraron, con apoyo de las fotografías de la Fiscalía de Guerrero,  que fue despellejado con un arma punzocortante.

“Las acciones telefónicas de los celulares generan una huella geográfica. Nosotros encontramos 33 realizadas hasta abril de 2015. Lo que nos llamó la atención la vinculación que tenía con el Centro de Investigación de Seguridad Nacional (CISEN) en la delegación Magdalena y con el Campo Militar No. 1 de Lomas de Sotelo de la ciudad de México”, asevera. “Esto rompe el esquema de la verdad histórica”.

El teléfono de Mondragón Fuentes es un LG L9, que Mondragón Fuentes recientemente había adquirido y que se encontraba bajo el nombre de un amigo. “Considero que él es la parte más importante que nos da ciertas respuestas para poder dirimir con exactitud la participación de militares en la noche del 26/27 de septiembre”, acota Alvarado.

“También documentamos la extracción de recursos naturales de mineras , mayoritariamente canadienses, en la explotación de recursos y el uso de grupos de crimen organizado para la disciplina social. En esta trama se ubica Ayotzinapa”.

Ayotzinapa se convirtió en el punto de encuentro de diferentes luchas sociales y por eso  la importancia “de silenciarla y enviar un mensaje de brutalidad por parte del Estado en la persona de Julio César Mondragón”, añade Santa Ángeles.

“La guerra que nos ocultan” tiene un precio de $298 y está a la venta en versión impresa y PDF en las librerías distribuidoras de Editorial Planeta de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Ha tenido repercusión en Malasia, Rusia y el próximo mes llegará a Alemania.

(María del Mar Boeta)