Una de las complicaciones de la depresión, es que es muy difícil de diagnosticar, puesto que sus síntomas van cambiando dependiendo de cada persona y además puede esconderse tras otras condiciones físicas o psicológicas.

Pero una vez identificada, es mucho más sencillo el tratamiento para cada individuo. Por eso, son muy importantes los avances que se realizan en el descubrimiento de pacientes con depresión.

Por suerte, un nuevo estudio ha utilizado a la red social Instagram como herramienta en su investigación.

El proceso consistió en que los voluntarios debían llenar una serie cuestionarios diseñados especialmente para la detección de la depresión clínica, y luego se les pidió que compartieran sus publicaciones de Instagram con los investigadores.

De los 170 participantes, 70 de ellos resultaron identificados con depresión clínica común. Y, con su ayuda, formaron una base de datos de unas 40.000 fotos de sus cuentas.

Analizaron cada una de las fotos, evaluando qué tan felices, interesantes, o tristes parecían. También, calificaron la saturación de las imágenes y las reacciones de la comunidad hacia ellas.

Al finalizar, introdujeron toda esa data en una computadora y realizaron un algoritmo digital que detectaba las relaciones entre las características de las fotos y los síntomas de la depresión.

Detectaron que los individuos deprimidos que publicaban fotos oscuras recibían menos “likes” en comparación con los posts de sujetos saludables. Se dieron cuenta que el filtro más usado por los diagnosticados con depresión era el Inkwell, mientras que los demás abusaban de la iluminación de filtros como Valencia.

Otro dato que recopilaron, es que los pacientes diagnosticados tienden a subir más selfies que los demás. Puesto que dichas personas tienden a tener un comportamiento que gira alrededor de ellos mismos.

Pero este algoritmo para detectar la depresión, ¿es realmente efectivo?

De 100 pacientes examinados, se logró detectar con éxito a un 70% de ellos, lo cual es un porcentaje mucho mayor al diagnosticado por médicos regulares.

Este estudio ha demostrado que los seres humanos reflejamos los cambios de nuestra psiquis a través de las redes sociales, y así, estas podrían convertirse en una herramienta indispensable para la psicología moderna.

(estrending.com)