Una inocente hoja de espinacas podría llegar a salvarte la vida.

Científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en EE.UU., acaban de encontrar la manera de transformar la hortaliza en un detector de bombas.

Al incrustar unos diminutos tubos en las hojas de las espinacas, lograron que éstas fueran capaces de detectar sustancias químicas -los compuestos nitro aromáticos- que se usan para la fabricación de explosivos, como los que se encuentran en campos minados y municiones sepultadas.

Pero además estas “plantas nanobiónicas” (así las llaman los científicos) pueden enviar información en tiempo real de forma inalámbrica a equipos manuales, explican los académicos en la revista Nature Materials.

¿Qué hace posible esta tecnología y cómo funciona?

Nanotubos de carbono

La respuesta está en las nanopartículas y nanotubos de carbono (pequeños cilindros de carbón) que los científicos implantaron en las hojas de las plantas de espinaca.

Son una especie de cilindros huecos extremadamente pequeños, cuyas paredes están formadas por átomos de carbono que componen una red de hexágonos.

(Información completa: bbc.com/mundo)