Mérida, Yucatán.- Volver al sistema de cultivo de la milpa que legaron nuestros ancestros mayas como fuente de sana alimentación y enfrentar así los riesgos de consumir productos contaminados con transgénicos o plaguicidas, propuso el investigador y antropólogo Carlos Bojórquez Urzaiz.

Al participar como ponente en el Primer foro Yucatán Orgánico Agroecológico Libre de OGM (Organismos Genéticamente Modificados), el especialista destacó la importancia de asumir medidas precautorias ante la industrialización de los alimentos que conlleva el uso de plaguicidas, los cuales tienen efectos nocivos en la salud.

Mediante la dieta de la milpa los mayas se proveían de una rica y variada cantidad de productos vegetales ricos en fibra como chaya y verdolagas, además de una gran variedad de frutas y leguminosas, comparable a la llamada dieta del Mediterráneo que tiene todos estos elementos y es considerada ejemplar en el mundo.

Mencionó que los antiguos mayas acostumbraban asar los alimentos y fue con la llegada de los españoles y, junto con ellos el cerdo, la res y otras especies de crianza, en que se comenzaron a utilizar las grasas animales en la alimentación que persiste en la actualidad.

Advirtió que grandes empresas transnacionales y cadenas de tiendas de autoservicio proveen de alimentos industrializados y otros aparentemente naturales, sin embargo, continuó, se desconoce de dónde provienen y si cuentan con algún certificado de inocuidad que garantice que estén libres de transgénicos o de agroquímicos, muchos de los cuales han sido prohibidos por sus efectos perjudiciales en la salud.

Por ello recomendó, volver al sistema de las milpas o los huertos con policultivos libre de pesticidas y agroquímicas que permitan generar los productos necesarios y sanos para la alimentación de una familia.

La milpa, explicó, es un agrosistema de manejo de la selva para producir un policultivo que puede incluir maíz, frijol, calabaza, sandía y variedades de chiles.

“La milpa también funciona como un proveedor de proteínas animales, pues al ser un espacio tumbado limpio en la selva, cuando va creciendo atrae animales como venados, tejones y distintas aves, por lo que es usada también para la cacería”, abundó.

Estas ideas han sido puestas en práctica por el antropólogo Carlos Bojórquez Urzaiz, quien es director del Programa Interdisciplinario de Investigación e Innovación de la Milpa Maya y Sistemas Agroecológicos en el municipio de Tinum, ubicado en el oriente del estado.

Señaló que el sistema de milpa ha demostrado históricamente ser el más adecuado para el manejo de la selva baja en Yucatán, por lo que el programa busca estimular su práctica y dotarla de un valor agregado que no se traduzca únicamente en la rentabilidad económica, sino en el reconocimiento y orgullo de la identidad cultural de los mayas yucatecos.

El programa se creó a mediados de 2016 y tiene como sede una exhacienda azucarera en Tinum, Yucatán, que funge como centro de investigación y punto de reunión para el programa.

(Jesús Mejía)