Mérida, Yucatán.- Una desbordante cantidad de gente saturó todos los puntos de venta, calles y espacios dispuestos del Primer Festival de la Chicharra de Xcalachén, al sur de esta ciudad.

Los organizadores del encuentro, entre ellos el alcalde de Mérida, Mauricio Vila Dosal; el jefe de la Policía Municipal, Arturo Romero Escalante, y los propietarios de los locales y puestos semifijos, reconocieron el maremágnum de asistentes.

Sorprendidos, expresaron que el gentío rebasó las expectativas, ya que fue insuficiente la cantidad de puntos de venta para cubrir la demanda de los antojitos derivados del cerdo. Largas filas de personas se formaron para comprar aunque sea un cuarto de chicharra, además de tortillas, salsas, chile habanero y cebolla.

En su saludo a los visitantes, el presidente municipal, Mauricio Vila Dosal, adelantó que el festival tendrá continuidad, ya que cumple con tres propósitos: fomenta la tradición gastronómica de los meridanos, impulsa la economía de la zona y propicia la convivencia familiar.

Acompañado de la directora de Turismo, Carolina Cárdenas, y del presidente de la Cámara Nacional de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Yucatán, Carlos Campos Achach, el primer regidor destacó que este festival de antojitos se suma a los eventos permanentes de la ciudad como la Noche Blanca y El Paseo de las Ánimas.

“El Festival de la chicharra llegó para quedarse. Ha sido un exitazo”, resumió a su vez el presidente de la Cámara de Comercio de Mérida, Juan José Abraham Dáguer, al referirse a la asistencia que las autoridades calcularon en seis mil personas, aunque otras autoridades estimaron en 10 mil los asistentes al barrio de Xcalachén.

“La Guadalupana”, “La Flor de Xcalachén”, “El Amigo de Xcalachén”, “El Campeón”, “La Gloria” y “El Roble” fueron algunos de los puntos de venta en los que se concentraron e hicieron fila cientos de habitantes para adquirir carne surtida, maciza o combinado, o la “cáscara”.

El que haya sido quincena, fin de semana y la ocasión, además de la intensa difusión del primer festival de su tipo, fueron factores que influyeron en la aparición de una multitud que acudió al abastecerse de los derivados de cerdo como si lo fueran a regalar.
El costo varió de 160 a 180 pesos el kilogramo de chicharra, el cual no impidió que miles de personas acudieran a adquirir y compartir con la familia, lo que refleja el arraigo de estos antojitos en la dieta de los meridanos.

La Asociación de Porcicultores de Yucatán informó haber donado 300 kilogramos a los expendedores, los cuales fueron insuficientes, ya que la demanda rebasó la oferta e incluso al filo de las 16:00 horas ya había escasez en las chicharronerías establecidas y en los puestos semifijos.

El reporte oficial informó que al término del evento se vendió una tonelada de producto.

Como parte del convivio familiar, se realizó un concurso de Carreras Argentinas (enganchar argollas a bordo de una bicicleta) y otro de “palo encebado”,  aunado a grupos musicales que amenizaron el ambiente.

Los organizadores subrayaron que la demanda sobrepasó la oferta, por lo que previeron en la próxima edición invitar a más comercios de ese tipo, así como ampliar las áreas de atención para las familias visitantes.

(Jesús Mejía)