Mérida, Yucatán.- Un grupo de multidisciplinario de investigadores encabezado por el estadounidense James Chatter anunció el hallazgo en cavernas de un cenote localizado al sudeste de la Península de Yucatán de los restos óseos de una mujer de 15 años que data de hace más de 12 mil años, quizás el fósil humano más antiguo de América.

Se trata del cuerpo de agua denominado como “Hoyo negro”, uno de los descubrimientos paleontológicos y antropológicos más importantes del siglo, ya que además del fósil, el investigador reportó el descubrimiento de restos de animales de Pleistoceno y de eras más recientes, entre ellos, mastodontes, osos, tigres dientes de sable, caballo, pecarí y otros.

Informó que en 2011 un grupo de espeleólogos realizó el descubrimiento en un cenote localizada en la finca Jacinto Pat, a diez kilómetro al norte de la zona arqueológica de Tulum, pero se guardó discreción en el caso hasta confirmar en recientes trabajos de exploración la importancia del hallazgo.

Mencionó que tras el hallazgo de los restos humanos, se dieron a la tarea de realizar análisis de carbono 14 y determinaron que eran de una joven de unos 15-16 años, con una antigüedad entre 12 mil 600 y 13 mil años al que determinaron nombrar como “Naia” para los estudios correspondientes.

El antropólogo forense, consultor del Foster Wheeler Environmental Corporation de Bothell, Washington, causó expectación durante la presentación de su informe del hallazgo en el 54º encuentro anual de la Asociación para la Biología Tropical y la Conservación (ATBC, por sus siglas en inglés) realizado en esta ciudad.

Ya en entrevista, el espeleólogo estadounidense de la Universidad de Washington planteó que se trata muy probablemente de los restos humanos más antiguos hallados en América, en este caso, del sexo femenino, ya que el hombre de Tepexpan, le confirieron una antigüedad de entre diez mil y 12 mil años.

El investigador mostró fotografías del cráneo y de los maxilares inferior y superior de “Naia”, así como gran parte del esqueleto encontrado en estado óptimo de conservación gracias a los minerales propios de las rocas calcáreas desprendidos por la humedad y las estalactitas de las cavernas.

Su esqueleto casi completo de ~ 13.000 años de edad es el más antiguo que se conoce en la actualidad de América y está proporcionando información extraordinariasobre las actividades, la salud y los medios de vida de los primero asentamientos de Mesoamérica, recalcó.

Por los análisis de laboratorio, se determinó que la joven consumía carne fresca, frutas y verduras, poco a nada de especies marinas, pese a la cercanía del mar Caribe, lo que por supuesto abre interrogantes, dijo James Chatter.

De igual manera, destacó James Chatter que en los tres túneles que confluyen al cuerpo de agua de 60 metros de diámetro y unos 45-55 metros por debajo de la superficie los espeleólogos hallaron, entre montones de sedimentos de balsas de calcita y guano de murciélago, los restos de 27 animales grandes.

Al menos se encontraron en el sitio restos perfectamente conservados de ejemplares de ocho especies extintas, entre ellos el tigre dientes de sable, gomphotheres de la montaña, tres especies del perezoso gigante y el oso del sur Americano Arctotherium, junto con tapires, pecaríes, pumas y un coatí, además de una llama y un caballo.

“Datarlos ha sido problemático. Sin embargo, su estudio, junto con los análisis del sedimento de la calcita, estalagmitas, depósitos de guano y palos abundantes y carbón vegetal, ofrece una oportunidad sin precedentes para comprender los ecosistemas del Pleistoceno y las glaciaciones”, puntualizó.

El grupo de espeleólogos que realizó el descubrimiento y trabaja en el sitio está conformado por Alexandro Álvarez, Franco Attolini, Roberto Chávez y Alberto Nava. Centenares de personas, académicos e investigadores del encuentro ATBC expresaron su reconocimiento a James Chatter y el equipo de trabajo.

(Jesús Mejía)