El porcentaje de jóvenes de secundaria en zonas urbanas que han probado alguna vez el tabaco aumentó casi el doble entre 2015 y 2016, al pasar de 16 % a 34 %, mientras que el uso del cigarro electrónico incrementó tres veces su porcentaje: en 2015 fue de 10 % y en 2016 pasó a 30 %, reveló el proyecto “Tabaco y cine en América Latina”, que elabora el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Por ello, investigadores del INSP, el Consejo Mexicano Contra el Tabaquismo (CMCT) y la Fundación InterAmericana del Corazón México instaron a la Secretaría de Salud para que no sea omisa ante las violaciones al derecho a la salud de los jóvenes por parte de la industria tabacalera a través del cigarro electrónico.

En conferencia de prensa, el doctor Juan Zinser, presidente del CMCT, alertó sobre los daños que provocan a la salud los nuevos productos de la industria tabacalera, como los cigarros electrónicos, IQOS (I-Quit Ordinary-Smoking), entre otros. “La industria los promueve como menos dañinos o de bajo riesgo, pero no es así”, afirmó.

El maestro Inti Barrientos, investigador del (INSP), mostró los resultados preliminares de una investigación realizada en el instituto que demuestra cómo estas alternativas acercan a los jóvenes a la adicción al cigarro.

Barrientos explicó que se aplicaron dos encuestas en 2015 a 10,123 estudiantes de entre 11 y 12 años, y en 2016 a 6,574 jóvenes de 13 años, ambas en las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey.

El estudio dio como resultado que en 2016 al menos 34 % de los jóvenes que estudian nivel secundaria ha probado el tabaco y 10 % lo consume de manera regular, en comparación con 2015, cuando 8 % lo consumía regularmente.

Inti Barrientos refirió que el consumo de cigarros con cápsula de sabor también incrementó. De 2015 a 2016 los jóvenes que probaron esta modalidad de cigarro fue de más del doble, pasó de 9 % a 21 %. El consumo regular en 2016 fue de 5 % de los jóvenes fumadores.

El investigador explicó que el sabor, especialmente el mentolado, crea una percepción de disminución de riesgo entre los consumidores, pero estos son los mismos que los cigarros convencionales, ya que no hay cambio en las sustancias que contienen; al contrario, “las sustancias usadas como aditivos podrían añadir riesgos nuevos”.

En el caso de los cigarros electrónicos, más de 90 % de los jóvenes ha oído hablar de ellos en 2016, mientras que en 2015 sólo el 50 % sabía de la existencia de estos. De los jóvenes que lo conocen, 29 % cree que el cigarro electrónico no le causará daño y 19 % lo considera no adictivo.

En 2016, 30 % de los jóvenes de secundario probó el cigarro electrónico, de éstos, 10 % (comparado con 4 % de 2015) probó exclusivamente el cigarro electrónico. “Esto sugiere que este induce al consumo de nicotina a una población que probablemente no consumía cigarros tradicionales, y que ha casi triplicado su impacto en un año”, dijo el investigador del INSP.

Actualmente, 8 % de los jóvenes consume con regularidad el cigarro electrónico. El maestro Barrientos advirtió que los adolescentes tienen mayor enganche al producto porque está enfocado para este público.

“Investigaciones sitúan al cigarro electrónico como un aparato electrónico al igual que el teléfono celular o el mp3. Los jóvenes creen que este tipo de cigarro les da estatus, reconocimiento y pertenencia a grupos”, dijo.

Juan Zinser, refirió que “el riesgo de este tipo de productos radica en la adicción a la nicotina que contienen y en las decenas de sustancias tóxicas cancerígenas y radioactivas”.

Barrientos señaló que pese a que está prohibida la venta de este producto se puede comprar fácilmente por internet, en la calle, en tianguis y en las islas de los centros comerciales.

“Sólo una empresa puede vender legalmente el cigarro electrónico por medio de un amparo que concedió la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)”; dijo .

El maestro Erik Ochoa, director en políticas públicas en salud pública de la Fundación InterAmericana del Corazón México, dijo que la Secretaría de Salud Pública a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha realizado decomisos de cigarro electrónico, pero el mercado rebasa el alcance del gobierno para limitar este comercio.

(elsiglodetorreon.com.mx)