Mérida, Yucatán.-Casi 15 días después de que iba caminando sobre la acera y un volquete la dejó al borde de la muerte, la joven Mili Irene Euán Cobá pudo sobrevivir, pero hoy se debate entre elevados gastos médicos y lo que parece ser una grave corrupción entre autoridades y aseguradoras.

La muchacha, que fue atropellada el pasado lunes 7 en el fraccionamiento Polígono 108, resultó con múltiples golpes internos y fracturas en la pelvis, pierna y brazo izquierdos.

PRESIDIO informó que la jovencita caminaba sobre la acera de la calle 20 con 33 cuando un volquete perdió el control y embistió un vehículo estacionado, el cual fue arrojado violentamente contra la muchacha y ésta quedó herida, aplastada debajo de la segunda unidad.

La fuerza del impacto fue tal que el vehículo estacionado quedó encima de la acera y el camión de volteo dentro de un predio, del cual derribó la reja y el muro.

En ese momento llegaron ajustadores de la compañía Quálitas, que aparentemente dieron todas las facilidades y enviaron a la joven herida al hospital Star Médica de Altabrisa. Pero allí sólo hizo un día porque los doctores informaron a sus familiares que la aseguradora avisó que no se haría cargo de los gastos.

La muchacha necesitaba entrar de urgencia a cirugía por los graves golpes en el abdomen y la fractura de la pelvis, de modo que consiguieron una ambulancia para trasladarla al hospital Agustín O’Horán, donde hasta hoy permanece.

La aseguradora del volquete, Quálitas, no ha querido cruzar palabra con nosotros y en la Fiscalía General del Estado nos dicen que “nada se puede hacer” y que este asunto “va para largo”, señalan los padres de Mili Irene.

Según su mamá, la señora María Euán Cobá, los daños a la casa y al segundo vehículo involucrado ya fueron cubiertos, no así los gastos médicos generados en los dos nosocomios donde la muchacha ha estado internada.

“En el Star Médica la cuenta por ese día de atención llegó a 40 mil pesos, pero al ver nuestra situación económica nos hicieron un descuento de casi la mitad, que firmamos en pagaré y aún debemos”.

Relata que aunque su hija ha logrado librar la muerte, los médicos del O’Horán tienen un pronóstico reservado tras la operación, pues podrían haberse formado cápsulas de aire durante la cirugía, que si llegan al corazón sería fatal.

“Ni el dueño del volquete, ni la aseguradora Quálitas han querido cruzar palabra con nosotros. Por terceras personas nos mandan a decir que no pagarán porque la póliza estaba vencida, pero no es verdad porque tenemos una foto donde se ve que está vigente”.

Entonces nos dijeron que no se harán responsables porque el chofer estaba alcoholizado, pero tampoco es cierto porque todos los vecinos lo vimos y los policías que tomaron conocimiento así lo certificaron, señala.

Tampoco en la Fiscalía nos ayudan: sólo nos dicen que debemos contratar un abogado; que no se puede hacer nada y que el asunto va para largo.

“En la FGE no nos permiten poner una demanda para asegurarnos del pago porque, dicen, ya existe una que se levantó el día del accidente y que hicieron firmar a mi hija cuando estaba sedada en el hospital”.

Al chofer del volquete lo dejaron libre debido a “la nueva ley”, nos explicaron, y que no se le pudo mantener preso “por falta de elementos”.

Si mi hija muere, ¿entonces quién se va a hacer responsable?, pregunta la madre de familia, quien vive en el predio 342 de la calle 37 por 18 y 20 de Polígono 108, a dos cuadras de donde ocurrió el atropellamiento.

La familia carece de dinero para afrontar los gastos y para pagar a quién los asesore en este proceso, donde se sienten víctimas de una injusticia por los aparentes arreglos entre autoridades y la compañía aseguradora.

Por eso la señora, que tiene el número telefónico 9994189047, invoca a la ayuda de la sociedad yucateca, que quedó impactada por la forma en que sucedió el accidente hace casi 15 días y que ha ocasionado discapacidad a la jovencita de 20 años de edad, la cual se mantiene postrada en la cama del hospital O’Horán sin saber lo que le espera.

(Presidio)