Por: Eduardo Vargas

Mérida, Yucatán.- Septiembre y de noche, cuando muchos ya duermen, un movimiento de tierra en México es, de veras, para ponerse a temblar, dar el grito, y no es broma: 30 muertos y el doloroso recuerdo de hace 32 años… también en septiembre y cuando apenas la oscuridad se había ido y muchos no se habían levantado.

No en vano, la imagen que se viraliza en internet es precisamente la bandera nacional -símbolo que destaca en éste, por ser el mes patrio- sobre los escombros de un casi totalmente destruido Palacio Municipal de Juchitán, Oaxaca.

O el video del llamado Ángel de la Independencia, en la Ciudad de México, que se tambalea y parece que caerá en cualquier momento…

Pero eso es simbólico: lo real es que han muerto ya 20 personas y el temor de que las víctimas aumenten también crece conforme pasan las horas, desde el momento en que, poco después de las 23:00 horas de este jueves, se dispararan las alertas sísmicas en la Ciudad de México y luego, las escenas de terror.

Los gobiernos de 11 estados, incluida la Ciudad de México, suspendieron clases como medida preventiva, para que las autoridades de Protección Civil revisen cada una de las escuelas para detectar posibles daños.

Hasta ahora, en palabras del presidente Enrique Peña Nieto, este ha sido el temblor más fuerte en los últimos 100 años en México, y la magnitud de 8.2 -el dato final- obligó al Gobierno a emitir alerta de tsunami para la costa del pacífico. El temblor, dijo, lo sintieron unos 50 millones de mexicanos, casi la mitad.

El epicentro fue situado a más de 100 kilómetros al suroeste de Tonalá, en Chiapas.

En algunos videos que circulan en redes y que se supone fueron videograbados en costa de Oaxaca, puede verse cómo el mar se aleja, uno de los “síntomas” de estos fenómenos marítimos; la alerta se desactivó poco tiempo después y no se reportaron daños por la entrada de agua de mar.

En 1985, el 19 de septiembre, a las 07:19 horas, un poderoso temblor de magnitud 8.1 destrozó el corazón del país, la Ciudad de México, cuando muchos aún dormían; la imagen de un reloj público, detenido en ese preciso instante, entre ruinas, hubiera sido una imagen viral.

Pero lo que sobresalió entonces fue la solidaridad, el apoyo, y la ayuda mutua… Esta vez, el 7 de septiembre, a las 11:53, cuando muchos ya dormían, el temblor también alcanzó el corazón de México, y hasta ahora no se han reportado víctimas; pero el sur se tiñe de rojo, pero el blanco de la solidaridad y el verde de la esperanza ondearán tarde o temprano…

Foto Jaime Mendoza