Mérida, Yucatán. – Anoche en el Teatro Peón Contreras los meridianos refrendaron su identidad mexicana, al festejar con júbilo e intensos aplausos la interpretación de Huapango de José Pablo Moncayo, considerado el segundo himno nacional, a cargo de la Orquesta Sinfónica de Yucatán.

Bajo la batuta del maestro Juan Carlos Lomónaco, la máxima agrupación musical del estado refrendó tu aceptación entre el público yucateco y su estatura como una de las sinfónicas más importantes del país, en la apertura de su XXVIII temporada de conciertos con el programa denominado “Gala Mexicana”.

La presidenta del patronato de la OSY, Margarita Molina Zaldívar, resaltó la trayectoria de la orquesta en cuanto a calidad y arraigo en la sociedad yucateca, por lo que agradeció el apoyo del público a los conciertos y al gobernador Rolando Zapata Bello su respaldo para el fortalecimiento y desarrollo de la sinfónica.

En el primero de los diez programas previstos en la segunda temporada de recitales 2017, la OSY puso broche de oro al famoso Huapango de Moncayo, el cual representa la divisa musical de México a nivel internacional, ya que ha sido interpretada en actos oficiales y por filarmónicas y sinfónicas de otras partes del mundo.

Estrenada el 15 de agosto de 1941 por la Orquesta Sinfónica de México dirigida por Carlos Chávez, el Huapango de Moncayo, inspirado en los sones veracruzanos siquisiri, balajú y El Gavilancito, impactó en el agrado de los asistentes al teatro por su renovada frescura y arquitectura musical de primer nivel orquestal.

El programa de lujo para los amantes de la música mexicana incluyó el Danzón número 2 de Arturo Márquez, considerado como la segunda obra mexicana de concierto más conocida en el país después de Huapango.

Como estreno en México, la OSY interpretó “Pueblos Mágicos”, una obertura de 7 minutos para orquesta del compositor yucateco Alejandro Basulto, que dejó buen sabor entre los asistentes por su brillante de orquestación y uso de recursos tímbricos y percusiones que le dieron un valor agregado, más no así el punto culminante, de estructura convencional similar a a los remates sinfónicos de los clásicos.

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La Sinfónica de Yucatan brilló en la interpretación de la Sinfonía No. 2 “India# de Carlos Chávez, que contiene reminiscencias de los ritmos y danzas indígenas de México, por lo que constituye una de las obras maestras de la música nacionalista.

En la parte complementaria, la OSY interpretó como estreno en Yucatán la obra “Sinfonía” de José Pablo Moncayo creada para un certamen de composición musical en 1941 y del que resultó ganadora la pieza de cuatro tiempos para su estreno posterior con la sinfónica de México a cargo de Carlos Chávez.

La cereza del pastel, la pieza más esperada de la noche, fue la más interpretada por la orquesta en sus 14 años de trayectoria, el inmortal Huapango.

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(Jesús Mejía)

(Fotos: OSY)