Mérida, Yucatán.- A más de cien años de su creación, “La Catrina” sigue siendo  una genialidad, surgida de la creatividad del grabador José Guadalupe Posadas y estilizada por el pintor Diego Rivera, sostuvo la subdirectora del Museo Mural Diego Rivera, Ángela Fuentes Cortés.

Entrevistada en torno del personaje que Posadas calificó como “La Calavera Garbancera” y que Rivera posteriormente bautizó como “Catrina”, la representante del recinto que resguarda dicho mural con la conocida imagen en la Ciudad de México aseveró que los mexicanos se han apropiado de ella.

Todo en Rivera es fruto de su genio y al plasmar “la Calavera Garbancera” la proyectó en lo que es hoy, un ícono, la imagen representativa de la muerte entre los mexicanos, puntualizó la especialista en arte nacional.

De ninguna manera se ha banalizado dicha imagen de la Catrina, al contrario, es parte de la cultura popular y es la imagen más representativa de la muerte en estos días de Santos Difuntos, recalcó la especialista en museografía, al referirse a la figura que Rivera plasmó en su mural en 1947.

De acuerdo con los antecedentes históricos, Posadas formó parte de los dibujantes y periodistas de la época que hicieron públicas sus críticas a la situación que prevalecía en el país, la injusticia social y las clases privilegiadas.

La versión original es un grabado en metal con autoría del caricaturista José Guadalupe Posada elaborada en 1910. Su primer nombre fue Calavera Garbancera. «Garbancera» es la palabra con la que se conocía entonces a las personas que vendían garbanza y que teniendo sangre indígena pretendían ser europeos, ya fueran españoles o franceses y renegaban de su propia raza, herencia y cultura,

Diego Rivera fue quien le dio su atuendo característico, con su estola de plumas, al plasmarla en su mural ‘Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central’, donde la calavera aparece con su creador, José Guadalupe Posada y una versión infantil de Rivera y con Frida Kahlo.

El mural fue pintado al fresco en 1947, mide cuatro por 15 metros de largo y tiene un peso de 35 toneladas, incluida una estructura metálica que lo refuerza. Fue realizado en el  Hotel del Prado (destruido en los sismos de 1985) y actualmente está ubicado en el Museo Mural Diego Rivera, creado especialmente para preservar dicho trabajo que es reflejo del muralismo mexicano.

Ángela Fuentes Cortés participó en el montaje de una de las exposiciones de artes plásticas del Festival Internacional de la Cultura Maya, la de Cordelia Urieta que se exhibe en el Gran Museo del Mundo Maya.

(Jesús Mejía)