Por: Jesús Mejía

Sanahcat, Yucatán.- Las grutas de Sanahcat, conocidas por la población local como “Las 7 aguas”, constituye uno de los patrimonios naturales más relevantes en Yucatán por la singular interconexión de cuerpos de agua en bóvedas y cavernas formadas hace millones de años, sin igual en la Península.

“No conozco unas grutas como ésas, son mágicas y extraordinarias, no tienen par”, dijo el conocido explorador Sergio Grosjean, al referirse a ese sitio ubicado a 52 kilómetros al sureste de la ciudad de Mérida.

La arquitectura natural de las grutas está conformada por siete cúpulas parecidas a la parte superior de una catedral; en este caso de formación rocosa natural, con el nivel de agua prístina que llega a la altura del torso o pecho de personas adultas.

Un guía como Jesús Guadalupe Caamal, integrante de la cooperativa que atiende al turismo de aventura, muestra a los visitantes, con ayuda de lámparas, los accesos sobre montículos de lajas y piedras de gran tamaño por huecos u oberturas naturales.

Las estalactitas como las estalagmitas dan cuenta del milenario lugar, lo que aunado a las leyendas del inframundo, el Xibalbá de los mayas, dan un carácter misterioso y al mismo tiempo atrayente para los amantes de lo desconocido.

IMG_20171119_153009796Tal es la belleza del entorno que las grutas atrajeron a productores y directores de cine que filmaron allí, en el 2014, la película Xibalbá, referente a la cosmovisión de esa antigua cultura.

Las grutas de Sanahcat comparten el atractivo de la zona con el cenote de Bebelchén, que también tiene particularidades que lo hacen diferente a otros de su tipo, ya que su bóveda o techo asemeja un queso gruyer.

La cooperativa que preside Miriam Dzul lamentó la escasa difusión oficial, a pesar de que está distante apenas 15 minutos del municipio de Homún, cuyo conjunto de cenotes hoy atrae mayor cantidad de turistas, lo que permite a su población estar ocupada y aprovechar los beneficios de la derrama económica.

Tanto las grutas como el cenote de Bebelchén cuenta con parador turístico y condiciones necesarias para una estancia cómoda, expuso la señora Dzul, quien en ocasiones de fiesta comparte amablemente su “pib” (comida maya) con los visitantes.

Un proyecto en ciernes para comunicar el anillo de cenotes de Homún, mediante un camino de terracería por el monte hacia las Grutas de Sanahcat, ampliaría la oferta turística y beneficiaría a las comunidades de ambos municipios.

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