Mérida, Yucatán.- Un proyecto de investigación que vincula a la UADY y la UNAM y que calificó para un financiamiento de CONACYT, permitirá incursionar en innovadoras técnicas basadas en imágenes y señales médicas, con el propósito de encontrar mejores métodos en el diagnóstico de la enfermedad de chagas.

El Laboratorio de Parasitología del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” cuenta con esta nueva área en donde a través de equipos sofisticados se podrá dar seguimiento en modelos vivos de animales como ratones, conejos, cobayas e incluso gatos.

El área recién inaugurada es la única en su tipo, a nivel regional, en implementar este tipo de tecnología, informó una de las responsables la Dra. Ana Paulina Haro Álvarez, comisionada del CONACYT en la UADY, quien destacó la importancia de incursionar con innovadoras técnicas cuyas repercusiones experimentales a la larga, podrían ser aplicadas en población humana.

La investigadora destacó que son varias las características que hacen inédito a este proyecto y cuyos resultados permitirán avanzar en “el conocimiento de la frontera”, (concepto que se refiere a toda investigación sobre algo desconocido y que puede aportar conocimiento nuevo).

En ese sentido, explicó que el CIR tiene una larga trayectoria en el estudio sobre la enfermedad de chagas, sin embargo, los hallazgos obtenidos hasta ahora, han sido a través de unidades experimentales o de post mortem.

“En el CIR hay un intenso trabajo de investigación sobre diagnóstico, desarrollo de vacunas y hay bastante conocimiento sobre la enfermedad de chagas, pero lo que no se había implementado hasta ahora era el seguimiento en un modelo vivo”, dijo.

A partir de ahora, estos estudios nos permiten el estudio in vivo con el fin de dar seguimiento al paciente y conocer más en torno a la enfermedad, los daños que provoca en los órganos e incluso, poder detectar a tiempo para hacer intervención de tipo médico, aseveró.

La Enfermedad de Chagas es la enfermedad parasitaria de mayor importancia en América Latina, tanto por su morbi-mortalidad como por su importancia económica. Por sí sola supera a todas las otras enfermedades parasitarias y se ubica como la tercera enfermedad infecciosa de importancia después del SIDA y la tuberculosis.

Acompañada de los investigadores del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, Nidiyare Hevia Montier y Erik Molino Minero Re, Haro Alvarez explicó que incursionar en esta tecnología es resultado de la convocatoria “Proyecto de desarrollo científico para la atención de problemas nacionales” del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (CONACYT).

El proyecto se denomina “Estudio y diagnóstico de la infección experimental Trypanosoma cruzi mediante el uso de técnicas innovadoras no invasivas basadas en ultrasonidos”.

Hevia Montier explicó que el objetivo es buscar vías alternativas para mejorar el diagnóstico, partiendo de la gran investigación que ya existe desde la UADY y se hace mancuerna con IIMAS como expertos en el análisis de señales por ultrasonido y de imágenes médicas, para potenciar las actividades que se realizan de investigación en biomédicas.

“El desarrollo que se hará en imágenes y señales permitirá observar desde el punto de vista computacional, esto es a partir de algoritmos, calidad de imágenes, técnicas para segmentar regiones, encontrar entornos, entre otros”, dijo.

Por su parte, Molino Minero Re, resaltó que el estudio será punta de lanza para la generación de conocimiento y sobre todo, para involucrar a las nuevas generaciones en este campo de la ciencia.

El área cuenta con equipos sofisticados y de vanguardia como ecógrafo clínico para hacer ultrasonidos, que permite evaluar la morfología cardíaca; así como monitor de anestesia y placa para registrar la actividad eléctrica del animal, y equipos de señales de ultrasonido para capturar flujo de vasos sanguíneos, válvulas intracardiacas, entre otros. El proyecto tuvo un financiamiento de alrededor de 6 millones de pesos, recursos otorgados por el Conacyt.

La enfermedad de Chagas es endémica en 21 países de América, afectando entre cinco y doce millones de personas, distribuyéndose desde el sur de Estados Unidos hasta Argentina. Hay entre 70 y 100 millones de personas expuestas a sufrir esta enfermedad.

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