Vota a aquel que prometa menos.

Será el que menos te decepcione

Bernard M. Baruch

Julian Santiesteban

Esta semana han quedado definidas las fórmulas para competir por los diferentes cargos de elección en el proceso federal y ha iniciado el periodo para el registro de los aspirantes a las once alcaldías de Quintana Roo, eso significa que, queramos o no, seremos “bombardeados” por promocionales en los que los candidatos nos prometerán lo que creen que son los anhelos ciudadanos, pero ¿son esas verdaderamente las necesidades del millón y medio de habitantes de la entidad?

Las promesas serán seguramente genéricas y rimbombantes: Más desarrollo, vivienda digna, educación de calidad, recursos para obras de infraestructura, e incluso reducir impuestos; sólo por mencionar algunos, pero ¿habrá alguna que le quite a usted, estimado lector, el miedo a salir a las calles por la inseguridad? ¿Una sola que le dé esperanza de que su salario será dignificado a tal grado que le alcanzará para algo más que medio comer? ¿Alguna campaña cambiará la dádiva por la propuesta? ¿Algún candidato escuchará realmente a todos los sectores sociales, o sólo se tomará fotos “tiernas” con niños, mujeres, ancianos, hombres del campo?

Los mexicanos nos hemos vuelto cada vez más conocedores de los discursos políticos que parecen decir mucho, pero no representan ningún compromiso concreto, por eso esté el lector muy atento, porque quien promete bienestar, beneficios, logros para todos, pero sin decir el cómo y el cuándo; probablemente no tenga la menor intención de cumplir, pero estemos todos también atentos de la llamada “oposición”, pues suele hacer la campaña más fácil, tomando como bandera la crítica a ultranza, descalificando todo lo que desde el gobierno se hace, pero sin aportar tampoco soluciones concretas.

Ejemplos locales: ¿se cancelará o no la concesión de Aguakán en Solidaridad? ¿Habrá o no transporte urbano digno y una empresa seria que lo provea en la capital del estado? ¿Qué soluciones concretas se proponen para aminorar la inseguridad en Benito Juárez? ¿Se recuperarán las playas de esa región estatal? ¿Se construirán por fin los puentes sobre la Laguna Nichupté que desde hace casi dos décadas urgen y se han cancelado año tras año? ¿Se brindará verdadera seguridad al empresariado, que sigue siendo el tercero más extorsionado a nivel nacional por el crimen organizado? ¿Será la laguna de Bacalar área natural protegida? Pregunte, de todos depende el futuro, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra, nos leemos en la próxima.

COMENTARIO MORBOSO

No es por echarle a perder la fiesta a nadie, pero deberá analizarse con detalle el desarrollo del proceso electoral en Quintana Roo, pues los que ahora han sido definidos como candidatos, no necesariamente serán protagonistas de la vida política futura.

¿La razón? Simple, a finales de este mes de abril, el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) deberá aprobar el surgimiento de nuevos partidos locales, así que los partidos tradicionales no serán precisamente indispensables para efectos de gobernabilidad en la renovación del Congreso local en 2019; pues no serán la única vía de acceso a las curules.

Pero en adición de eso, muchos de los que en este año quedaron relegados de las candidaturas de ninguna manera pueden darse por “muertos” –y este debe ser un factor a analizar desde el poder-, pues si el gobierno federal es de un partido distinto al local, los ahora resentidos tendrán margen de negociación, y probablemente convenga no desdeñarlos, porque después pueden “encarecerse”; así que los ahora “afortunados” no deben echar las campanas al vuelo y tener “sueños sucesorios”, pues primero deberán mostrar, políticamente hablando, su peso específico, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

(Foto: cortesía)