Un estudio realizado por científicos de la NASA y de la Universidad de California reveló que Venus alguna vez tuvo aguay pudo albergar vida, pero con el tiempo se convirtió en el planeta más inhóspito de todo el sistema solar: un destino que podría sucederle a la Tierra.

De acuerdo con los investigadores, Venus tiene la superficie más caliente de todo el sistema debido al efecto invernadero, un fenómeno que también se presenta en nuestro planeta.

Según el estudio, titulado ‘Venus as an Analog for Hot Earths’ y realizado por Giada Arney de la NASA y Stephen Kane, de la Universidad de California, a pesar de que hoy la superficie de Venus es un paisajes ‘infernal’, con temperaturas superiores a los 400 grados centígrados, alguna vez pudo haber sido un planeta habitable con océanos de agua líquida.

Pero, con el tiempo y el aumento en el brillo del Sol, Venus perdió su clima templado. Hoy, representa el último escalón en la evolución de la habitabilidad planetaria y por ello es ‘un espejo’ en el que podemos aprender sobre el destino que podría sufrir la Tierra debido al efecto invernadero, ya que es el planeta más similar al nuestro en términos de tamaño, masa, volumen y composición.

Según Arney y Kane, el estudio de las condiciones de Venus —cuya atmósfera consiste mayormente en dióxido de carbono y es 90 veces más densa que la nuestra— nos puede ayudar a entender lo delgada que es la línea que separa los mundos habitables de los que son incapaces de albergar vida.

En el estudio se menciona la teoría de Svanthe Arrhenius, ganador del Premio Nobel, Venus en algún momento pudo haber sido un planeta con abundantes ríos, lagos y pantanos, y exuberante vegetación, cuyos restos con el tiempo se convirtieron en carbón que alimentó el efecto invernadero, el cual terminó con toda la vida en el planeta.

El propio Arrhenius enfatiza que la habitabilidad de un planeta no es un estado sino un proceso, y concluye diciendo que, a partir las condiciones en que surgió la vida en la Tierra, se puede pronosticar un futuro similar al de Venus dentro de miles de años “o quizá lo atestiguarán algunos de los descendientes de la generación actual”.

La lección, al final, es aprender cómo los planetas pueden perder las condiciones para abergar vida y, en ese sentido, Venus puede estar mostrándonos un posible futuro para la Tierra.

(milenio.com)