Mérida, Yucatán.- Al menos 2 de 6 food truck parks que abrieron en Mérida en los últimos 3 años ya cerraron su puertas ante las bajas ventas, y algunos de los propietarios han buscado “refugio” en los que aún permanecen operando.

Sin embargo, el rompimiento dentro de la asociación que los agrupaba, los altos precios de sus productos y la imposibilidad de moverse o trasladarse están acabando con el modelo de negocio, que se presentó como “novedoso”, pero que, en la práctica, ha resultado un fracaso.

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Tan gris es el panorama que ninguno de los 2 supuestos dirigentes de las asociaciones que se formaron (una, tras la escisión de la primera) quieren hablar: nunca contestaron a las solicitudes de entrevista para explicar cuáles han sido los problemas que los obligaron a cerrar los “estacionamientos” donde operaban.

En pocos años, el modelo se agotó, y en parte porque nació “muerto”: no les permitieron desarrollarse de acuerdo con su “naturaleza”: la posibilidad de moverse, de buscar puntos de venta más concurridos. En Estados Unidos, lugar de donde fue traída la idea, funcionan con esa “movilidad”.

Como no existía (ni existe) una regulación para este tipo de negocio, las autoridades municipales sólo atinaron a darles la categoría de “cocinas económicas” o “loncherías”; pero esto los obligó a tener instalaciones básicas que no estaban planeadas en su modelo original, como, por ejemplo, los baños, control de plagas e incluso cajones de estacionamiento.

Varios de ellos decidieron utilizar estos obstáculos como escaleras para subir, y se unieron para rentar terrenos y acondicionarlos para que varios de los “camioncitos” pudieran “convivir”, y compartir no sólo gastos sino también los servicios que la autoridad les exigió. Así nacieron los “food truck parks“.

Rápidamente, estos “estacionamientos” se expandieron y abrieron en en varios puntos de la ciudad, entre otros, en:

  • Av. Andrés García Lavín
  • Paseo de Montejo
  • Av. Cámara de Comercio
  • Tanlum
  • Av. Yucatán

En 2016, la Cámara Nacional de la Industria de Alimentos Condimentados (Canirac) planteó la necesidad de “regularizar” estos negocios, pues lo consideraban competencia desleal, porque supuestamente no pagaban impuestos.

De acuerdo con declaraciones de algunos propietarios de food trucks, hubo acercamiento y la intención de unirse a la Cámara, pero nunca se consolidó.

Tampoco la agrupación de restauranteros de Mérida ha querido hablar del tema; se solicitó una entrevista con la presidenta actual, pero nunca respondieron ni siquiera a las preguntas que solicitaron por escrito, y que le fueron enviadas al área de Comunicación Social, vía correo electrónico.

En 2017, el “boom” era evidente con varios “parques”, y uno que otro “camioncito” en diferentes puntos de la ciudad. Pero el tiempo no les favoreció y varios de los food truck park simplemente han cerrado sus puertas.

El que se ubicaba cerca de la Glorieta de la Paz, sobre Paseo de Montejo, el cual fue calificado como un “prometedor” proyecto por parte de quien encabezó la primera asociación, Guillermo Valencia, murió este año: el terreno está en renta desde hace varios meses.

Incluso se llegó a pensar un espacio para un grupo musical, para “darle espacio” a las bandas y artistas locales, según narra en la entrevista, publicada en YouTube, el entonces dirigente de la Unión de Food Trucks de Yucatán AC, nacida en 2015.

El mes pasado, “El Mercadito”, ubicado sobre la avenida de Villas La Hacienda, también “bajó sus cortinas”, no sin antes dar sus últimos estertores: por la mañana, los propietarios convertían los food trucks en una suerte de tianguis de venta de ropa. Pero tampoco les funcionó.

Precisamente en ese lugar funcionaba el negocio de uno de los “dirigentes” de la asociación, que en su página de Facebook sólo anuncia que “se está reubicando” desde marzo de 2018, pero hasta ahora su fan page se mantiene inactiva.

Como no existe información oficial y no hay respuesta por parte de los dirigentes de asociaciones (el líder del otro grupo es Milton Heberle Vargas) se desconoce cuántos de estos negocios han cerrado, tras el fracaso del concepto de food truck park.

Hasta el año pasado, se sabía que el número de food trucks en Mérida rondaba los 80, y como su forma de trabajar les permite “cerrar” por temporadas -como ocurre ahora con algunos de los que estaban en el de Villas La Hacienda- no hay certeza en las cifras.

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