Después del ‘Royal Wedding’ no todo es perfecto, la feliz pareja no podrá quedarse con muchos de los obsequios que les hicieron llegar por su enlace por motivos de protocolo

Al igual que el resto de la realeza que habita en la casa Windsor, los nuevos esposos: Megan y el príncipe Harry, no podrán aceptar algunos regalos con motivo de su boda. Los Duques de Sussex recibieron un sinfín de obsequios de distintos rincones del mundo, tanto de admiradores legítimos como de empresas que, con un poco de suerte, esperaban que Harry y Meghan se dejaran ver en público con sus productos y les reportaran así una publicidad impagable, pero esa estrategia seguirá sin funcionar.

El periódico ‘The Express’ señaló recientemente que el Palacio de Kensigton, que es la residencia de Harry y Meghan y de los duques de Cambrigde, William y Kate, habría recibido en las últimas semanas multitud de cajas de regalos para los recién casados, tanto de empresas privadas como de personas famosas o anónimas. Algo que está fuera de las reglas por las que se rige la monarquía británica y que desde Palacio ya habían advertido.

Además, aseguraron que “los obsequios ofrecidos por particulares que viven en el Reino Unido y que no sean conocidos personales del miembro de la Familia Real que se los manda deben rechazarse cuando exista preocupación sobre la propiedad o los motivos del donante o el obsequio en sí”.

Así, ‘The Express’ pone como ejemplo, que la firma Bags of Love envió a Harry y Meghan trajes de baño a juego con la esperanza de que los usen en su luna de miel, cosa que no va a suceder.

Por el contrario, los duques de Sussex dejaron claro que los regalos que deseaban para su boda no eran para ellos, ya que pidieron que quienes quisieran enviarles algo lo cambiaran por una donación a una de las siete organizaciones benéficas de su elección: CHIVA, Crisis, Fundación Myna Mahalia, Little Soldiers de Scotty, StreetGames, Surfers Against Sewage y The Wilderness Fundación del Reino Unido.

Serán más de 9 millones de dólares en regalos que tendrán que regresar los Duques de Sussex.
El regalo que Meghan y Harry sí conservarán será uno más personal, y es que parece ser que la reina Isabel II podría regalarles una casa en York Cottage dentro de su finca de Sandringham. Esto no sería nada raro ya que la Reina de Inglaterra ya regaló a Guillermo y Kate Middleton la casa de Anmer Hall, en el condado de Norfolk, como regalo de boda.

(vanguardia.com.mx)