Mérida, Yucatán.- Los partidos políticos y sus candidatos de manera incesante violan la privacidad de las personas en el afán de conseguir su respaldo, lo que es jurídicamente inaceptable, ya que obtuvieron en muchos casos los datos personales de los ciudadanos sin el consentimiento de éstos.

Francisco Javier Acuña Llamas, comisionado presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y presidente del Sistema Nacional de Transparencia, reconoció lo anterior, al mencionar el uso indiscriminado en ese tema.

El representante del INAI se refirió al continuo asedio de llamadas a teléfonos o envío de mensajes postales personalizados de partidos o representantes de sindicatos o candidatos para pedir el voto a favor o bien para zaherir o criticar a los rivales políticos, en lo que constituye, dijo, una intromisión en la vida privada de los emisores.

“El problema no es el mensaje, sino el por qué lo hacen, quién le dio acceso o permiso para el uso de los datos personales, o cuándo se lo dio”, advirtió el consejero, quien reconoció que ese tipo de información circula en el mercado negro, lo que implica una oportunidad para negocios o extorsiones, ya que esos datos representan poder.

Acuña expuso que estos hechos no son considerados ilegales, ya que no está reglamentado por las autoridades electorales ese tipo de llamadas, pero en lo que sí interviene el INAI es a solicitud de quien pudiera resultar afectado por el uso de sus datos personales o violación de su privacidad.

El funcionario mencionó que el instituto actuará en la medida que el ciudadano considere que han sido vulnerada su privacidad o hayan hecho mal uso de sus datos personales, es ahí donde puede el INAI actuar en consecuencia y detener ese tipo de utilización de información que es privada y exclusiva de su propietario.

El comisionado impartió la plática “Implementación de obligaciones en materia de protección de datos personales”, en la que recordó también que los partidos están obligados a hacer públicas sus listas de militantes, pero con reservas de sus direcciones y otros datos particulares, dado que reciben recursos públicos.

Expuso que una determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en el 2008 obligó a partidos difundir información del padrón de militantes, lo que reveló que muchas personas lo eran al mismo tiempo de diversos organismos políticos.

El titular del INAI afirmó que el Instituto Nacional Electoral, en particular el Registro Federal de Electores, tiene a resguardo el padrón electoral de más de 90 millones de mexicanos, organismo que, aseguró, tiene garantizada la confidencialidad de los datos.

Remarcó que el asedio de llamadas o entrega de correos propagandísticos de parte de empresas, partidos o asociaciones están basadas en datos de listados de organismos privados o padrones de electores anteriores que fueron objeto de compra-venta y tráfico de datos.

Recordó el escándalo desatado por la empresa estadounidense Choice Point que obtuvo los datos del padrón electoral de 60 millones de mexicanos que fueron sustraídos por malos empleados de la Secretaría de Gobernación, específicamente del Registro Nacional de Población, mismos que fueron a dar al Departamento de Estado de Estados Unidos.

Esta situación, que orilló a mayores controles migratorios hacia nuestros connacionales, obligó a nuestras autoridades a poner mayores restricciones en el uso de los datos del padrón electoral, los cuales, insistió, hoy están firmemente resguardados por el Registro Federal de Electores.

Acuña resaltó la importancia de proteger nuestros datos personales dado que se trata de nuestro primer patrimonio, en muchas ocasiones el único que, además de nuestras decisiones y datos particulares, también contiene emociones, enfermedades, depresiones, sentimientos de amor y otros aspectos que son íntimos y de la esfera privada.

Todo ciudadano tiene derecho a que sus datos personales sean resguardados con confidencialidad y para eso está el INAI, planteó el funcionario.

(Jesús Mejía)