Mérida, Yucatán.- La “versión oficial” de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Yucatán sobre la muerte de José Alfredo Chan Navarrete, asesinado en su casa el pasado jueves alrededor de las 22:00 horas, se cayó.

Testimonios de habitantes de la comisaría de Xcobiacal, municipio de Tzucacab –aportados a Miguel, hermano de la víctima–, desbarataron las mentiras del comunicado oficial emitido el viernes.

José Alfredo, de origen indígena y de ocupación campesino, estaba en su hamaca cuando irrumpieron los policías para “ejecutarlo”, según describen personas que estuvieron cerca del lugar de los hechos.

El día del suceso, Enrique Cel Mis, un rijoso que tuvo un altercado con José Alfredo (de 43 años de edad), intentó ingresar al domicilio del ahora occiso, por lo que éste efectuó disparos al aire.

La hermana del “sujeto conflictivo” –al que atribuyen constantes pleitos–, de nombre Silvia del Socorro y quien trabaja en el Ayuntamiento de Tzucacab, pidió la intervención de los agentes para detener a José Alfredo.

Aproximadamente un mes atrás, José Alfredo había tenido problemas con el comandante de la Policía Municipal Coordinada de Tzucacab, Ariel Alonso Samus Sánchez, quien así el 19 de julio habría encontrado oportunidad para cobrarse la afrenta.

De inmediato, se trasladó un grupo al pequeño poblado –a unos 30 kilómetros de la cabecera– y localizaron el predio donde habita José Alfredo, quien se había acostado a dormir, confiado en que el lío con Enrique Cel Mis había pasado.

“Llegaron y se metieron a la casa, sin ninguna orden judicial”, afirmó Miguel, quien este lunes acudió a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey) a interponer queja y exigir justicia.

Identificó a quien accionó el arma como el policía Donato Cupul Gutiérrez (D.C.G.), aunque también responsabilizó a Samus Sánchez y a los hermanos Cel Mis.

“Pedimos cárcel para los elementos de la SSP, por homicidio”, agregó el deudo.

Entre la información que ha podido recoger entre los pobladores, Miguel compartió relatos de conocidos en el momento en que llegaron los elementos de la SSP a inmediaciones de la vivienda del difunto.

“¡Saben qué: quítense porque vamos a usar armas largas!, ya como una amenaza”, dijeron unos agentes a residentes que estaban en una esquina.

Siempre de acuerdo con los supuestos testigos, los policías “ni siquiera hablaron, entraron directamente a la casa”.

Miguel reprochó que no le hayan permitido ver fotos del peritaje.

“No puede ser posible que acostado en la hamaca…, puede ser que te pueda disparar acostado en la hamaca, pero no creo que te espere así, si ve que lo vienen a buscar creo que se va a levantar”, valoró.

“No me dejaron ver el cadáver ese día. Desafortunadamente no me dejaron ver nada, nada”, puntualizó en entrevista a las puertas de la Codhey.

“Acudieron directamente” (a ejecutarlo), respondió a pregunta específica.

El afectado condenó el abuso de poder, y que hasta ahora no conozca cuántos tiros recibió su hermano ni en qué posición estaba.

En los próximos días organizarán una marcha-protesta en Tzucacab, en tanto que el viernes siguiente tendrán audiencia, a las 10:00 horas, para definir la situación jurídica del detenido D.C.G. y la eventual vinculación a proceso.

Por lo pronto, amigos y cercanos al fallecido recaban firmas para demandar la expulsión de Xcobiacal de los hermanos Cel Mis.

(Foto principal: presidio.com.mx)

(LectorMx)