Isla Holbox, Quintana Roo.- Pueden decirte mil cosas sobre nadar con el tiburón ballena, pueden “venderte” la mejor de las experiencias, de esas que te marcan, inolvidables y, sí, quien te lo diga, tiene razón, pero llegar a ella implica muchos aspectos (y por qué no, requisitos) que debes tomar en cuenta.

¿El primer de ellos? ¿Saber nadar? Sí, es importante, por supuesto, pero hay uno de esos requisitos que no aparecen en ninguna crónica de viaje, ni en las revistas que promueven el nado con el pez más grande del mundo, ni siquiera en los que te ofrecen el viaje: tiene que gustarte el mar.

Parece obvio, ¿no? Pero nadie te lo dice; piénsalo: para llegar al tiburón ballena (Rhincodon typus) debes literalmente atravesar un mar: entre 5 y 6 horas (viaje de ida y vuelta), pero no en un ferry y mucho menos en yate muy cómodo, sino en una lancha.

El cenote más grande el mundo está en Quintana Roo ¿lo sabías?

No se trata de asustar a nadie, solamente de poner en claro que una de las experiencias más impactantes no está a la vuelta de la esquina… La mayor parte del viaje tienes de un lado la línea entre el mar y el cielo, del otro, una franja de tierra que “pasa” por la punta de la Península, pero hay unos 45 minutos en donde sólo es agua, de azul profundo.

Eso sí, tanto el viaje como la atención de quienes los organizan (pescadores que por un temporada cambian la pesca por la aventura) son de primera y muchos de ellos fueron capacitados para prestar el servicio.

Así que, si estás dispuesto a hacer este viaje y a permanecer prácticamente en medio del mar, sin tierra a la vista, durante por lo menos hora y media, entonces estás listo para ir a la aventura de nadar con el también llamado tiburón dominó.

Bien, entonces toma en cuenta estos 8 aspectos antes de lanzarte en busca del tiburón ballena:

  1. El precio del viaje es de 2,000 pesos por persona. Te da derecho a la transportación ida y vuelta, un pequeño refrigerio para no viajar el estómago vacío y un almuerzo, especialidad de la casa.
    Te dan el equipo necesario: “snorkel”, patas de rana y visor, con el que debes estar familiarizado.
  2. La lancha se mueve mucho, por lo que si eres propenso al mareo es mejor que, media hora antes de abordar (la hora de salida es a las 7:00 horas -7 de la mañana), te tomes una pastilla para contrarrestarlo.
    En ese punto en medio del mar parece que, con una embarcación pequeña casi detenida, el mareo parece inevitable aún para quienes no lo han experimentado en otros viajes marítimos.
  3. Es recomendable llevar ropa ligera y traje de baño; si estás habituado al de traje tipo buzo no es descabellado usarlo porque la temperatura del agua es más fría que en la costa.
  4. Usa bloqueador solar de alto factor de protección (mínimo 30) porque aunque las embarcaciones tienen una protección puede ser que en algún momento del viaje debas “resistir” los rayos inclementes del sol.
  5. El uso de chaleco salvavidas no sólo es para el viaje, sino que es necesario para el nado con el tiburón; si no lo usas, no puedes bajar. Por supuesto, está incluido en el viaje.
  6. Siempre te lanzas en pareja, y acompañado por el guía; permaneces unos cuantos minutos por cada “incursión”. Entras, en promedio, 2 veces al mar si el tiburón está visible; pero sólo el capitán determina cuánto tiempo es necesario permanecer en espera del tiburón. No es tan fácil encontrarlos, así que cabe la posibilidad de que no puedas verlos.
  7. Es importante que sigas las instrucciones del guía y del capitán porque de eso depende tu seguridad. Recuerda que las embarcaciones permanecen en movimiento y aunque los capitanes están capacitados para el control cerca de los nadadores eso no implica confiarse.
  8. La regla de oro es “No tocar”; el tiburón ballena es manso y hasta cierto punto noble, pero tocarlo implica que pueda alejarse y, sobre todo, que las personas que te llevan pierdan su permiso para operar.

En el viaje de regreso hay 2 “paradas” de cortesía: uno frente a Cabo Catoche (literalmente la punta de la Península de Yucatán) para esnorquelear y otra en Santa Paula, una zona de manglares que es zona de anidación de aves como el flamenco.

La temporada de viajes para ver el tiburón ballena es durante junio, julio y agosto de cada año, así que todavía tienes oportunidad de vivir la experiencia.