Al menos eso piensan los expertos que proponen que los profesionales médicos dejen de utilizar esa palabra para referirse a algunos tumores de bajo riesgo.

La razón es que creen que cada vez hay más evidencia de que afecta la respuesta psicológica de los pacientes y, también, sus decisiones sobre el tratamiento.

Al mismo tiempo, la supervivencia a algunos tipos de cáncer cada vez es mayor en muchos países, por lo que la percepción de esta enfermedad -que durante mucho tiempo estuvo asociada a una muerte casi segura- está cambiando.

“La utilización de etiquetas más medicalizadas puede aumentar tanto la preocupación con respecto a la enfermedad como el deseo de recibir un tratamiento más invasivo”, argumentan los expertos, liderados por la psicóloga de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sydney Kirsten McCaffery, en su artículo publicado en agosto por en la prestigiosa revista científica BMJ.

Como ejemplo, los autores ponen algunos tipos de cáncer de tiroides, un cáncer que es cada vez más detectado gracias a las nuevas tecnologías, el aumento del acceso a los servicios de salud y las revisiones.

Mientras su incidencia ha aumentado en muchos países desarrollados, las tasas de metástasis y de progresión de la enfermedad entre los pacientes que son operados inmediatamente y los que solo se someten a un seguimiento de cerca son similares.

Otro ejemplo es el del carcinoma ductal in situ, un tipo muy común de cáncer de mama no invasivo, o el cáncer localizado de próstata. En ambos casos, hay una creciente preocupación por el sobrediagnóstico, es decir, la detección de cánceres asintomáticos que nunca habrían causado problemas para el paciente.

El tratamiento de estos tumores sobrediagnosticados puede causar daños al paciente, por lo que es importante que los pacientes sepan que no todos los cánceres que se detectan con exámenes necesitan un tratamiento, afirma el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos en su página web.

Los autores proponen utilizar nombres como “células anormales” o “microtumores”.
Algunos tipos de cáncer no crecen o lo hacen tan despacio que nunca causarán ningún daño si no son detectados.

Las iniciativas para retirar algunas de las etiquetas de cáncer no son nuevas. Los autores citan el ejemplo de cuando la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Internacional de Patólogos de Urología decidieron retirar la etiqueta del cáncer a algunos tumores de vejiga.

“En 1998, decidieron que una condición que raramente avanza hacia un cáncer invasivo no debería ser llamada cáncer”, afirman.

La propuesta, sin embargo, genera dudas en algunos especialistas.

“Esto nos lleva de nuevo a una forma paternalista de la medicina, en la que los médicos son los que saben y dicen al paciente lo que necesitan saber y lo que no”, declaró Harry Nespolon, presidente del Real Colegio Australiano de Médicos de Familia.

“Todo el mundo merece toda la verdad sobre un diagnóstico”, añadió.

“Cambiar palabras da la impresión de que la profesión les está escondiendo cosas. Si un médico de primaria está proporcionando el contexto de un diagnóstico, no se dará la frecuente búsqueda en Google”.

(bbc.com/mundo)