Mérida, Yucatán.- La represión estudiantil ocurrida en Tlatelolco, Ciudad de México, hace 50 años constituye una herida abierta, un crimen de Estado, resultado del autoritarismo imperante, afirmó ante estudiantes y profesores de la Facultad de Economía de la UADY, Rafael Pinto Rodríguez.

Aseveró lo anterior durante la mesa panel “Una mirada cultural del 68”, en la que señaló que desafortunadamente los crímenes y la represión del gobierno han continuado hasta nuestros días en forma de Terrorismo de Estado.

Pinto Rodríguez tiene trayectoria académica en la UADY y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Coincidió con otros participantes del coloquio, Otto Castillo González y Rodrigo Ordóñez, que la mejor forma de rendir homenaje y reconocimiento a quienes intervinieron en ese movimiento es ejercer las libertades de expresión, de prensa, de asociación, evitar el olvido entre las siguientes generaciones y desterrar la impunidad con la aplicación de la justicia.

En el encuentro, realizado en el Auditorio del Campus de Ciencias Sociales de la UADY, expresaron que está pendiente la aplicación de la justicia, por lo que persiste impunidad en torno de la represión y masacre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

Rodrigo Ordoñez, de la UADY, opinó que está latente la demanda de justicia por la represión sangrienta del 68 y los asesinatos del “halconazo” de Corpus Christi en 1971.

También el Estado mexicano ejerció la persecución de muchos jóvenes en la década de los setenta, en la que hubo desapariciones forzadas y crímenes sin esclarecimiento, comentó.

Pinto Rodríguez parafraseó al escritor Carlos Montemayor al señalar que la represión de “Los Halcones” del 10 de junio de 1971 fue un claro ejemplo de terrorismo de Estado.

“Práctica que ha continuado hasta nuestros días por las gerencias neoliberales que buscan despojar al pueblo de México de todo su patrimonio, tierras para fomentar las Zonas Económicas Especiales”, precisó.

“Es sorprendente que una masa hasta entonces muda, sin una oposición organizada, una masa sin cabezas aparentes, lograra la más grande movilización independiente de la historia contemporánea de México, el movimiento más extraordinario después de la Revolución Mexicana: el del 68”, expresó, al repetir el testimonio del finado escritor José Revueltas.

Por la mañana, un grupo de intelectuales, yucatecos miembros de la generación de los sesentas y setentas se concentró en el Monumento a la Patria para advertir que “el 2 de octubre ni perdón ni olvido”.

(Jesús Mejía)