Chichén Itzá, Yucatán.- El Tren Maya es un proyecto incluyente y sustentable que protegerá los recursos naturales, al igual que el patrimonio histórico y cultural de los pueblos originarios, planteó Aarón Rosado, del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), al dar a conocer lineamientos del Gobierno Federal en la materia.

Para minimizar el impacto ambiental y social, dijo durante el ritual maya para solicitar anuencia a la Madre Tierra –en la zona arqueológica de Chichén Itzá–, se utilizarán derechos de vía existentes, de carreteras y ferrocarril existentes o de la Comisión Federal de Electricidad.

De los mil 525 kilómetros del nuevo circuito, casi el 95 por ciento cuenta con derecho de vía, puntualizó el funcionario ante el delegado de Programas Integrales de Desarrollo en Yucatán, Joaquín Díaz Mena, y el representante del Gobierno del Estado, Mauricio Díaz Montalvo, director general del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos (Cultur).

En presencia de líderes de los pueblos originarios mayas, repitió aspectos del Tren Maya que hoy  presentó en Palenque, Chiapas, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el arranque de los trabajos de rehabilitación de las líneas actuales.

Expuso que en los tramos en los que el derecho de vía está por obtenerse se buscará asociar a los propietarios de terrenos con el proyecto y se procurará llegar a un acuerdo benéfico con los grupos sociales asentados en las áreas sujetas a intervención.

Respecto de los beneficios que traerá a las comunidades, mencionó la generación de empleo, la creación de programas sociales y la integración de los circuitos económicos, culturales turísticos y sociales.

El Tren Maya, aseguró, es un proyecto de desarrollo integral del sureste del país. Su máxima prioridad es el bienestar de las personas y las comunidades se encargarán del ordenamiento territorial. También se prevé la inclusión social, el cuidado del ambiente y el desarrollo económico y el fomento de la cultura mediante la redistribución de flujos turísticos y de personas, afirmó.

El Tren Maya es una oportunidad para entender la Península como un sistema social que se relaciona con el entorno ecológico. Para el tren Maya es vital identificar, reconocer y proteger el patrimonio cultural de los pueblos originarios para incorporarlos al proyecto, agregó

De acuerdo con la cronología de ejecución, en lo que resta de 2018 y el 2019 se lanzará la licitación de los proyectos ejecutivos y se procederá a la realización de los estudios de impacto ambiental de todos los tramos y consulta a los pueblos originarios.

El tramo Selva es de 496 kilómetros aproximadamente; el tramo Caribe, 376 y el del Golfo, 653, para un total de mil 525 kilómetros.

(Jesús Mejía)