Merida, Yucatán.- En México, el hígado graso tiene una prevalencia del 16 por ciento en la población general; sin embargo, este padecimiento se presenta con mayor frecuencia en personas de 40 a 50 años de edad. Por otro lado, en la población Yucateca, debido al número de personas con obesidad y enfermedades crónicas como diabetes, se ha llegado a registrar que de un 25 a 35 por ciento de la población tiene hígado graso.

La enfermedad del hígado graso, se divide en dos: 1) El hígado graso por alcohol (esteatosis hepática alcohólica) que está desencadenado por consumir bebidas alcohólicas y 2) El hígado graso no alcohólico (esteatohepatitis no alcohólica) que está desencadenado por factores como obesidad, resistencia a la insulina, hipertensión y/o malos hábitos alimenticios; indicó el doctor Edgar Velázquez Chávez, Médico Internista y Especialista en Geriatría del IMSS Yucatán.

“La enfermedad hepática grasa o hígado graso es un padecimiento en el que se acumula grasa en el hígado”, indicó el especialista.

Las causas del hígado graso no alcohólico son múltiples, sin embargo se produce con más frecuencia en ciertas personas, por ejemplo, aquellas que tienen sobrepeso, sufren diabetes mellitus (generando que los niveles de azúcar en sangre sean demasiado altos), tienen colesterol alto o consumen ciertos medicamentos.

Este padecimiento es una condición silenciosa que puede tener pocos o ningún síntoma: sin embargo, la fatiga, malestar general y en etapas más avanzadas la aparición de coloración amarillenta de la piel y las mucosas (ictericia) son los signos comúnmente observados en quienes padecen esta enfermedad.

Los pacientes con hígado graso no alcohólico pueden mejorar si dan seguimiento a los tratamientos indicados por su especialista y si mejoran sus hábitos de vida, además deben vigilar y controlar su nivel de azúcar en sangre, colesterol y tienen que bajar de peso si presentan sobrepeso, sin embargo, es importante que lo hagan lentamente (no bajar más de 1.6 kilogramos por semana).

Estos cambios además de ayudar a mejorar la salud y controlar el hígado graso no alcohólico otorga muchos otros beneficios, ya que el paciente también pueden reducir las posibilidades de tener un infarto o un accidente cerebrovascular.

En general, la esteatohepatitis no alcohólica no empeora con el tiempo, pero en algunos casos puede producir lesiones graves en el hígado, generando cirrosis o incluso cáncer de hígado.

Para proteger al hígado se debe consultar con un especialista y es importante que se evite la automedicación y remedios caseros, ya que pueden producirse reacciones que empeoren la condición del paciente y generen decesos fatales.

El especialista señaló que la Vitamina E, la cual puede encontrarse en hortalizas de hoja verde como las espinacas y el brócoli y el Omega 3 que puede encontrase en pescado y otros mariscos ayuda a reducir en parte el daño hepático que se produce como parte del hígado graso no alcohólico (esteatohepatitis no alcohólica). Sin embargo, reiteró la importancia de acudir con los especialistas para evitar complicaciones.

Para finalizar, el doctor comentó que el hígado graso es una enfermedad muy común que podría desencadenar complicaciones muy serias. Por lo anterior, las personas deben tener en cuenta que la vigilancia de la función hepática (funcionamiento del hígado) es muy importante, ya que este órgano del cuerpo es el que ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía, producir proteínas; además de que elimina depurar toxinas.

(Comunicado)