Mérida, Yucatán.- La capital de Yucatán fue la segunda urbe en el país, después de la Ciudad de México, donde se construyó una universidad, en el Siglo XVII, con la consecuente herencia como patrimonio cultural edificado.

En particular el Salón General de la entonces Universidad de Mérida’ tiene historia propia que debe ser conservada.

Tal es la conclusión del experto de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Diego Uribe Sandoval, quien destacó la importancia del sitio que formó parte del Colegio Jesuita durante la época de la Colonia y después en el Siglo XX fue sede del Congreso y de acontecimientos que marcaron la historia de la ciudad y del estado.

Mencionó que los jesuitas llegaron a la Ciudad de México y fundaron en 1551 la Real y Pontificia Universidad de México y posteriormente la compañía de San Ignacio de Loyola fundó en Mérida en 1618 el Colegio Jesuita que habría de convertirse a partir de 1624 en la segunda universidad de la Nueva España, orientada a la evangelización pero también para la educación.

En 1711, refirió, se fundó el Colegio al Servicio de Nuestra Señora de los Dolores y de San Pedro, en lo que es actualmente el edificio de Rectoría de la UADY.

En otras palabras, el complejo arquitectónico jesuita comprendía el actual Teatro José Peón Contreras (antes estuvo ubicado en el sitio el Teatro Colón), el Palacio de la Música (antes el Congreso local), la Rectoría de la UADY, el Templo del Jesús de la Tercera Orden y la sacristía.

El Salón General de la Universidad de Mérida tuvo diversos usos durante el siglo XX, desde centro político en el que se enalteció la trayectoria de Felipe Carrillo Puerto y sede Biblioteca Yucatenense, hasta sede del Legislativo y recinto para sesiones solemnes y actos cívicos.

A principios de este siglo, de 2005 a 2008 fue intervenido para su mantenimiento, sin embargo se convirtió en bodega de materiales en 2018 para finalmente ser entregado en comodato a la UADY ese mismo año.

Uribe Sandoval mostró a los asistentes a su conferencia –dentro del VII Simposio 2019 sobre Patrimonio Cultural de Mérida– imágenes del Archivo Guerra sobre la vitalidad de la calle 60 y otros aspectos de la periferia del amplio corredor que ocupó el Colegio Jesuita.

Opinó que el contexto inmobiliario del sitio de asentamiento jesuita fue roto a raíz de la apertura del callejón y la construcción de lo que fue el Congreso de Yucatán, su demolición y posterior asentamiento del Palacio de la Música.

Por todo ello, consideró necesaria la protección y conservación del patrimonio cultural como una política de estado en la que la población forma parte indisoluble.

(Jesús Mejía)