Mérida, Yucatán.- Válvula de escape para el desempleo y la subocupación, el sector de los negocios de comida adolece de alta mortalidad y es panteón de muchos emprendedores.

Según registros de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) en Yucatán, ocho de cada 10 nuevas aperturas cierran al primer año y son pocas las que llegan a los dos años de funcionamiento.

La actividad conlleva gran potencial y oportunidades de crecimiento, pero exige de tiempo completo de los propietarios para cumplir con los requerimientos de la empresa y los requisitos de las autoridades.

“No basta con cocinar bien. Se requiere atender los aspectos administrativos, contables y de recursos humanos, además de los trámites que resolver de los tres niveles de gobierno”, dijo Alejandra Pacheco Montero, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) en Yucatán.

En entrevista, reconoció que este ramo de los alimentos es uno de los más buscados por el emprendimiento, con un porcentaje de fracaso muy alto.

La Canirac agrupa a unos 300 socios en Yucatán, aunque en el estado operan unas 10 mil unidades que generan unos 60 mil empleos directos e indirectos.

Pacheco Montero explicó que Mérida registra un rápido desarrollo en infraestructura y expansión poblacional que demanda servicios, lo que, aunado a la tranquilidad y seguridad, configura condiciones para las empresas.

Por ello, recalcó, se requiere del compromiso de los inversionistas para atender este tipo de establecimientos y, por otro lado, que el gobierno simplifique los requisitos con el fin de que puedan cumplirse en menor tiempo posible.

“El restaurante es un negocio noble, pero requiere mucha entrega y compromiso”, remarcó la entrevistada.

(Jesús Mejía)