Por Adela Mac Swiney González.

Gijón, 6 de Julio.- Con un debate sobre la identidad y mezclando el género negro con el de terror, el británico Joseph Knox llegó a la Semana Negra de Gijón para presentar “Sonrisa mortal”, la segunda entrega de las aventuras y desventuras de su protagonista, Aidan Waits, inspector de la policía de Manchester.

“La cuestión de la identidad es fundamental en mis novelas”, dijo Knox, quien inició la saga sobre el inspector Waits con su anterior novela “Sirenas”.

 “Me identifico con el personaje, con esa sensación de falta de identidad, de no tener amigos cercanos, de no tener conexión con la familia, yo hubiera podido ser así en otra vida y de hecho, de joven me costó mucho abrirme al mundo”, reveló el británico, quien hace años compaginaba su trabajo de servir copas en las noches de Manchester con la de librero.

En el Hotel Don Manuel de Gijón, ciudad asturiana del norte de España, señaló que “la identidad es un problema de la sociedad actual sobre todo desde la emergencia de las vidas online”.

Aseguró que la gente en general “nos comportamos todos de forma diferente en internet, hay personas que comportamientos abusivos, que hacen cosas terribles en la red y que en la vida real de ninguna manera lo harían”.

Consideró que “hay una sensación de que estamos perdiendo nuestras identidades desde el momento de que en lugar de hablar con la gente de nuestro alrededor hablamos con gente de otros países, de otros lugares, encerrados en una habitación y sin tener contacto con el exterior”.

Además, recalcó que actualmente hay una sensación de malestar general en el mundo, una sensación de caos “que va a seguir fomentando que vayamos perdiendo identidad y que perdamos contacto con la gente de alrededor nuestro, lo que ocasiones que muchos tengan vidas dobles”, independientemente de que “no creo que haya ningún sistema político que pueda servir para tratar todos los problemas del pueblo”.

En “Sonrisa mortal”, el detective Aidan Waits vuelve al turno de noche a patrullar las calles insomnes de Manchester. Una llamada lo conduce al hotel Palace, antiguo edificio victoriano ahora casi abandonado. En la cuarta planta halla el cadáver de un hombre. Han cortado todas las etiquetas de su ropa. En su rostro, una mueca extraña.

La última novela de Knox se inspira en un caso real de los años 40 del siglo pasado pero sucedido en Australia en el que fue hallado el cadáver de un hombre, con un mensaje en los pantalones que decía FIN, pero al que fue imposible identificar.

“Este caso me pareció fascinante, la inspiración genial para una novela negra y quise mejorarla, además de que es la primera vez que me baso en hechos reales, lo cual volveré a hacer siempre que me encuentre un caso fascinante como este”, añadió en el marco de la XXXII edición del certamen literario.

Por último, al referirse al hecho de que su novela está ambientada en Manchester, aseguró que no es algo premeditado. “No conozco otra ciudad tan bien como Manchester”, es el lugar donde me rompieron la nariz por primera vez, donde me rompieron el corazón por primera vez, una ciudad donde coexisten la dureza y la belleza y por eso quería tratar temas oscuros, de gente que lo pasa mal, pero que tuviera lugar para la belleza”, concluyó.