Mérida, Yucatán.- Representantes de organizaciones sociales defensoras del territorio maya y colectivos de académicos expresaron su rechazo al megaproyecto fotovoltaico de Oxcum-Umán, ya que, dijeron, constituye una amenaza a la sustentabilidad de la región y de los mantos freáticos.

Los activistas mencionaron que son 270 hectáreas las que se utilizarían para la instalación de 499 mil 200 paneles solares que son, aseguraron, perjudiciales al medio ambiente.

Sería “sumamente destructivo”, recalcaron, en alusión al futuro parque orientado a suministrar electricidad a la Cervecería Yucateca del Grupo Modelo.

Flavio Ayuso, de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya “Múuch Xíinbal”; Sergio Oceransky, del colectivo Energía Sostenible; Gustavo Monforte, de la Red Ciudadana por la Sostenibilidad; Emily Talbot, de Mundo y Conciencia A. C.; Rodrigo Migoya, de Niños y Crías A. C.; Alfonso Munguía, de Articulación Yucatán, y Alberto Rodríguez Pisté, del Consejo Maya del Poniente, expusieron su oposición.

Por separado, argumentaron que se atentaría contra la biodiversidad de la selva tropical subcaducifolia, que contiene especies protegidas de fauna tales como el perico pecho sucio, tortuga mohína, iguana de cola espinosa, pavo de monte y boa constrictora, entre otras.

De ser aprobado por la Semarnat, los planes implicarían la deforestación con afectación grave a la biodiversidad, además de que impediría la infiltración de agua dulce al manto freático, ocasionaría menos lluvias y favorecería la instrusión salina.

De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) presentada por la empresa –abundaron– se reconoce la presencia de especies de flora y fauna protegidas por la Norma Oficial Mexicana.

Lo consideraron incompatible con el Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio de Yucatán, decretado en 2007, que establece que no se permiten las actividades que degradan la naturaleza en los corredores biológicos y que deben mantenerse las áreas de vegetación que permiten la recarga de los acuíferos.

Por lo anterior, los activistas demandaron no se autorice ese complejo fotovoltaico, se respete el derecho de las comunidades al agua, a la vida y a un medio ambiente sano.

Igual, sugirieron colocar los módulos fotovoltaicos en los inmuebles y estructuras de las áreas industriales cercanas, lo mismo en techos y estacionamientos como en zonas degradadas y canteras abandonadas.

La Semarnat, estimaron, debe denegar el permiso y hacer público que no se autorizarán más proyectos fotovoltaicos que impliquen deforestación de bosques o selvas, tal como se promulgó en la reciente IV Reunión Latinoamericana de Fondos de Agua, celebrada el 18 y 19 de julio pasado en la Ciudad de México.

En ese sentido, compartieron preocupación por la inexistencia de un plan hídrico para el estado de Yucatán que lleve a la planeación adecuada y garantice la seguridad en el largo plazo.

(Jesús Mejía)