Mérida, Yucatán.- La disputa por la nueva dirigencia del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) en Yucatán del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) anuncia tempestades.

A una semana de que fueron electos los 50 consejeros (25 hombres y 25 mujeres) que tendrán a su cargo la decisión, en el proceso interno hay apuntados para la presidencia.

Sin embargo, entre morenistas circulan objeciones respecto a esta primera lista de interesados, por antecedentes, por prácticas o por diferencias en afinidades.

El siguiente es un perfil (casi textual) que comparten líderes de Morena en Yucatán y que arroja luz sobre los principales personajes que buscan el CEE.

1.- Antonio Figueroa Jiménez, que carga con el estigma de que en 2012 fue suspendido dos años de sus derechos partidistas por “prácticas indebidas” en la interna de ese año y porque su hijastra (Lyndia Quiroz Zavala) es subdelegada regional de programas federales de bienestar y contra quien pesan muchas quejas.

2.- Ana Lilia Pacheco, que es la única mujer aspirante a ese cargo, pero sus propias compañeras consideran que no cubre el perfil necesario.

3.- Jorge Sánchez, “El Tabas”, que cuenta con la simpatía de algunos consejeros, pero se le considera “muy verde” para el puesto.

4.- Alberto Nolasco Sosa, que –a decir de sus correligionarios– comenzó muy mal su proselitismo, haciéndose acompañar del diputado Miguel Candila Noh, todavía coordinador de la bancada de Morena en el Congreso local y quien en la asamblea del Distrito 3 Federal tuvo que abandonar el salón en medio de abucheos y gritos de: “traidor y vendido” por haber aprobado el préstamo multimillonario del gobierno del estado y que lo tiene al borde de expulsión ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia.

5.- William Novelo, que es apreciado entre un sector de la militancia y consejeros del Distrito 13 local, pero que a su vez otros consideran que el cargo no debe ser para alguien de un municipio, pues entre otras cosas, tendría problemas para cumplir su función.

6.- Villevaldo Pech Moo, que es visto como “el aspirante más débil”, pues militantes y consejeros no lo identifican como morenista, además de que ha molestado a un sector del partido por su exacerbado protagonismo y por ventilar en público problemas de Morena, escudándose en una supuesta agrupación.

También le reprochan haber impulsado para consejeros a militantes que habían renunciado a Morena o que se fueron a otro partido en la campaña de 2018, como el caso de Manuela Velázquez, de Izamal, aunado a su amistad y relación con Winston Tamayo.

A dos semanas de la contienda, el próximo 10 de noviembre con la instalación del nuevo Consejo Estatal, los 50 integrantes elegirán mediante votación secreta los 13 puestos en juego, incluidos el presidente, secretario y tesorero, como los principales.

(LectorMx)