Tras el anuncio este domingo de la renuncia de Evo Morales y su vice, Alvaro García Linera, tras tres semanas de protestas contra su polémica reelección y tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas y la policía, se abre ahora la incógnita de quién asumirá el poder para conducir el proceso electoral que habían sido anticipadas por el renunciante jefe de Estado. El país está a las puertas de un vació de poder de difícil solución.

La senadora Jeanine Añez, segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, afirmó que ella asumiría la presidencia en la línea de sucesión constitucional.

Según el artículo 93 de la Constitución de Bolivia, “en caso de impedimento o ausencia temporal del Presidente de la República, antes o después de su proclamación, lo reemplazará el Vicepresidente y, a falta de Éste y en forma sucesiva, el Presidente del Senado, el de la Cámara de Diputados o el de la Corte Suprema de Justicia”.

El presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, renunció este domingo: “Lamento mucho de que mi hermano haya sido tomado como rehén, por favor basta de violencia paren la violencia”, dijo. Y exhortó a que se respete la vida de su hermano, quien habría sido tomado como rehén en la ciudad de Potosí. Y del presidente del Corte Suprema de Justicia, José Antonio Revilla, poco se sabe, aunque fuentes diplomáticas confiaron a Clarín que habría pedido refugio en alguna embajada.

Con todo, es la presidenta del Senado es Adriana Salvatierra, también del oficialista Movimiento al Socialismo y con doble nacionalidad bliviana-chilena, la que debería asumir la presidencia y conducir el proceso electoral.

Pero Salvatierra también renunció. “Se ha perpetrado el golpe de Estado”, dijo. “Nosotros queremos que esta situación pare y, resguardando al integridad y la seguridad de nuestros compañeros. Así como el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera han hecho pública su renuncia, de la misma forma hago pública mi renuncia como presidenta de la Cámara de Senadores”, señaló.

Y el primer vice presidente del cuerpo también dio un paso al costado. Por eso, cobra fuerza la posición de Jeanine Añez.

La senadora Salvatierra fue quien, a través de una video conferencia, explicó al Grupo de Puebla reunido en Buenos Aires cuáles eran los planes del entonces gobierno de Evo, antes de renunciar, con la convocatoria e nuevas elecciones.

Salvatierra nació el 3 de junio de 1989 en Santa Cruz de la Sierra. Su padre es el abogado boliviano Hugo Salvatierra Gutiérrez, quien en su tiempo fue un dirigente del partido del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y también ex viceministro durante el primer gobierno de de Evo.

Su madre es la psicóloga chilena Luisa Arriaza Zúñiga, quien nació en Peumo, en la provincia de O’Higgins, y cuya familia es oriunda de la antigua provincia de Colchagua.

Arriaza fue militante de las Juventudes Comunistas (JJCC) de Chile durante su juventud. Ambos se conocieron en Santiago de Chile, para luego mudarse a Santa Cruz.

En 2004, su madre inscribió el nacimiento de la actual titular del Senado en el consulado chileno en La Paz, lo que le permitió adquirir la nacionalidad chilena por consanguinidad.​ Salvatierra creció en su ciudad natal y comenzó sus estudios escolares en 1995, egresada como bachiller el año 2006.

Ingresó a la carrera de ciencias políticas de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM) el año 2007, graduándose como politóloga en 2012. En Chile tiene registrado un domicilio, entre 2012 y 2017, en la comuna de Peñalolén, Santiago de Chile, región Metropolitana de Santiago.

“Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, dijo Morales a través de la televisión, aludiendo a los líderes opositores que convocaron protestas en su contra, desatadas el día siguiente de los comicios del 20 de octubre. Pero también anunció que se quedaba en Bolivia, porque no tenía nada que ocultar.

Morales, de 60 años y en el poder desde 2006, había ganado la reelección en las cuestionadas elecciones del 20 de octubre, pero la misión de auditoría de la OEA detectó numerosas irregularidades, en un informe divulgado este domingo.

La actual crisis comenzó a gestarse en febrero de 2016, cuando Evo Morales sufrió su primer revés electoral en más de una década, al perder una consulta popular para decidir si podía postular para un cuarto mandato, por un margen muy estrecho (51%-49%).

Pese a ello, Evo Morales optó por acudir al Tribunal Constitucional e interponer un recurso con el argumento de que poner un candado a una nueva reelección atentaba contra sus derechos políticos. Los magistrados aceptaron el argumento y fallaron a favor de Evo Morales en 2017.

(clarin.com)