Mérida, Yucatán.- La Alianza Maya por las Abejas (Kaab Nalo’on), que une a 3,500 familias de apicultores(as) de la Península de Yucatán, hace un llamado urgente a las autoridades para que se hagan responsables de los incendios que están afectando a miles de hectáreas de selva en la región y a los modos de vida de la población campesina maya de la península e indirectamente a todos y todas: ¡La salud de la selva es importante e indispensable para la salud humana!

De acuerdo a los pronósticos de los sistemas meteorológicos y a los resultados de Xok k´iin o cabañuelas mayas (el sistema de observación de ancestral) los cuales, cada año, analizan los bioindicadores de la naturaleza para poder entender el clima, el año 2020 será un año muy seco y caluroso.

Esto ya se corrobora con temperaturas registradas de hasta 44 grados y la falta generalizada de lluvia en toda la región. Ante este panorama, las y los apicultores externamos nuestra preocupación por el incremento de los incendios forestales, algunos de los cuales podrían estar siendo provocados para la expansión de la frontera agrícola industrial en la selva, hecho que implica afectación directa a la flora (mayor fuente de néctar y alimento de los polinizadores) y la fauna.

Desde la Alianza Maya por las Abejas (Kaab Nalo’on), mantenemos un monitoreo constante, a través de satélites y reportes de campo de las organizaciones aliadas en ocho zonas diferentes de la Península. Durante la última quincena de marzo, se observó un aumento significativo de las quemas e incendios forestales. Es importante señalar que deforestar está prohibido por ley, y constituye un delito penal en México (Imagen 1).

(Imagen 1)

Una de las zonas que más sufre por este fenómeno es el municipio de Hopelchén en Campeche, donde –cerca de la frontera con Yucatán, del Punto Put y del ejido Iturbide–, año con año incrementa la concentración atípica de puntos de calor en selva mediana. Este conglomerado de incendios se relaciona con la siembra industrial de soya y sorgo.

En Yucatán, las zonas de Oxkutzcab, Maxcanú y Colonia Yucatán, están sufriendo severos daños. En Quintana Roo, los municipios de Bacalar y Lázaro Cárdenas padecen por las mismas causas.

La Alianza KaabNalo’on solicita que se tomen acciones inmediatas, para frenar la deforestación y sancionar a las empresas y personas particulares que resulten responsables de prender fuego de forma intencionada.

Según reportes de la plataforma internacional Global Forest Watch, la Península de Yucatán tiene el primer lugar en deforestación en México, pues se estima que se deforestan 52,000 hectáreas de selva al año en la Península de Yucatán.

En los años de 2016 y 2017 se registraron picos en los cambios de la cobertura forestal que están ligados a deforestación y/o incendios forestales y esta tendencia continúa al alza año con año.

Por otro lado, la propia CONAFOR ha aceptado que algunos de los municipios de Campeche tienen la tasa de deforestación más alta del país, con decenas de miles de hectáreas de selva deforestadas y quemadas al año (Imagen 2).

(Imagen 2)

Este llamado desde la Alianza KaabNalo’on no sólo defiende el sustento económico de las familias apicultoras, sino de todas las personas, pues la interacción de la selva y las abejas nos provee de alimentos, a través de polinización, de oxígeno, de agua, y otros servicios ambientales indispensables para la calidad de vida de los habitantes de la Península de Yucatán, de las y los mexicanos y de todo el planeta.

Exigimos un alto al “vacío de autoridad” que impera en el sector rural, y que ahora se ha vuelto más grave durante las semanas de la pandemia del COVID-19, misma que están ahora aprovechando empresarios del agro irresponsables y desarrolladores inmobiliarios, para deforestar y quemar la selva.

Mediante el uso de tecnologías, las y los apicultores, estamos vigilando, dando aviso y en algunos casos, tenemos constatadas también las causas y efectos adversos de los incendios para la biodiversidad. Sin embargo, la mayor parte de nuestras alertas y denuncias están quedando desatendidas.

Por obligación legal no hay forma que las autoridades de los tres niveles puedan ignorar este fenómeno. Por lo pronto, los apicultores que son testigos de está destrucción, seguirán reportando a través del 911 cada incendio, y monitoreando que se de respuesta contundente ante estos llamados.

Solicitamos que a la brevedad:

1. Que las dependencias CONAFOR, PROFEPA y SEMARNAT hagan su trabajo, y generen vínculos con sus contrapartes estatales y municipales, para atender los incendios forestales y todas las denuncias de deforestación y cambio de uso de suelo

2. Se cuente con protocolos de atención a alerta y a denuncias más eficientes por parte de CONAFOR y el 911.

3. Se sancione a los responsables de los incendios forestales y el cambio de uso de suelo

4. Priorizar dentro de sus agendas protocolos de defensa y protección de los bosques y selvas.

(LectorMx)