Por Adela Mac Swiney González

Málaga, España.- Tras haber obtenido más de cien premios internacionales, incluso una nominación al Óscar por su cortometraje “Aquel no era yo”, el guionista y cineasta español Esteban Crespo regresó al Festival de Cine de Málaga con “Black beach”, un thriller sobre las injusticias en África que evidencia la corrupción en el mundo y con la que compite por la Biznaga de Oro en la Sección Oficial del certamen.

“Black Beach”, el segundo largrometraje de Crespo, después de “Amar”, fue definido por él mismo como un melodrama con carcasa de thriller de acción elaborado para hacer reflexionar sobre las reacciones del ser humano frente a la traición y las decisiones vitales tomadas ante situaciones límite.

En el Teatro Cervantes de esta ciudad andaluza, acompañado por los actores del filme, Raúl Arévalo, Candela Peña, Melina Matthews, Paulina García, Emilio Buale y Lidia Nené, el cineasta, nacido en Madrid, aseguró que para “Black beach” se inspiró en su propia experiencia personal, concretamente cuando hace años trabajó en un proyecto de cooperación en Guinea Ecuatorial.

“Estuve un año en Guinea Ecuatorial y he estado tiempo en Namibia y la película nace de esa experiencia, a nivel de documentación lo teníamos muy a mano”, dijo y agregó que “yo era bastante joven cuando estuve de cooperante, me encargaba de las infraestructuras y al pasar los años empiezas a pensar qué ha sido de tus amigos de ese tiempo, te informas y algunos han muerto, otros están en la cárcel”.

Insistió que en nuestro mundo, “cuando buscas a tus amigos del pasado, algunos tienen hijos, otros se han casado o no, pero en África las cosas son muy distintas, hay muchas injusticias en muchas partes del mundo, y además quise dejar constancia de cómo se hacen presentes algunas de las acciones del pasado”.

Crespo destacó que “el objetivo principal del largometraje es emocionar, divertir, entretener, hacer sentir y reflexionar dentro del disfrute” y aseguró que cuando una persona está involucrada personalmente en una desgracia, su reacción es completamente diferente a cuando la contempla desde fuera.

En el filme, Carlos, un alto ejecutivo a punto de convertirse en socio de una gran empresa, recibe el encargo de mediar en el secuestro del ingeniero de una petrolera americana, en África. El incidente está poniendo en peligro la firma de un contrato millonario. En este viaje deberá enfrentarse a las consecuencias de sus acciones del pasado cuando fue cooperante en el país y elegir entre sus intereses personales y profesionales.

“Black beach”, nombre real de una prisión de Guinea Ecuatorial, fue rodada en Ghana, huyendo de los sitios más idílicos y turísticos de África para transmitir la crudeza y la realidad del continente, aunque durante el proceso también se representó a este continente en Madrid, Canarias y Toledo.

El actor español de origen ecuatoguineano Emilio Buale sostuvo que la película formula dos preguntas claves: por una parte, cuál es el valor de la vida de un hombre y por otra, a dónde conduce el continuo afán de poder sustentado por el interés particular.

Todo el reparto viajó a África dos semanas antes del rodaje para que pudieran empaparse de la peculiaridad del lugar. “Este continente transforma a todo el que lo visita. De ahí la importancia de que todos tuvieran una experiencia personal en primera persona con él”, recalcó Crespo.

La actriz Candela Peña afirmó que “el rodaje fue una experiencia alucinante, África ha sido fuerte”, mientras que Raúl Arévalo agregó que “África te atrapa, engancha, hay un poder especial en ese país”.

(LectorMx)