Mérida, Yucatán.- La forma en que fue asesinado un muchacho de 17 años de edad en el fraccionamiento Piedra de Agua, municipio de Umán, exhibió el nivel violencia que tratan de negar las policías estatal y municipal.

El cuerpo sin vida fue colocado en bolsas para la basura, según lo narrado por la madre Josefina, quien hizo el hallazgo en el domicilio de la calle 43-B por 36-B y 36-C, presuntamente ocupado por invasión.

La mujer declaró que su hijo llevaba tres días sin acudir a la casa materna, por lo que decidió acudir al predio donde sabe que se reunía con otros sujetos.

La puerta de la vivienda semiabierta le provocó a la señora un mal presentimiento y luego se agudizó al observar paredes y piso con sangre.

Con la angustia del caso, entró a la recámara y vio el pantalón de su hijo junto a una bolsa de color negra ensangrentada y una mano que salía del interior del plástico.

Pese al dolor, la revisión le permitió percatarse de que se trataba de su vástago.

Zapatos tenis y ropa tirados del ahora occiso también con manchas de color rojo.

Otra bolsa para la basura, junto a un auto Nissan Tsuru, igual con sangre y más restos.

Las autoridades locales mantuvieron silencio sobre el crimen.

Según vecinos, la noche anterior escucharon una fiesta de jóvenes que ingerían bebidas alcohólicas.

En horas de la madrugada el extraño sonido de lo que parecía una sierra rompió el entorno, aunque los habitantes no prestaron mucha importancia.

Hasta hoy se enteraron de que un menor de edad, presunto adicto a las drogas, fue víctima de homicidio.

(LectorMx)