Por Abigail A. Correa Cisneros

Ciudad de México.- Despedimos un año amargo. La pandemia golpeó a la humanidad y aunque no solamente sacó a relucir lo más mezquino de algunos personajes de la política mundial, también hizo a la gente más solidaria. Sobre todo, hay que reconocer la labor de los galenos y demás personal médico, que en incontables ocasiones dieron la vida por salvar la de otros.

En México, para mediados del año ya se contaban más de mil 300 profesionales de la salud que perdieron la vida a causa de Covid-19, según cifras del Amnistía Internacional. En el mundo, para esas fechas, fueron casi siete mil quienes fallecieron tratando de salvar vidas.

Para fin de año la cifra se duplicó, la Secretaría de Salud reportó que, hasta el 14 de diciembre, 170 mil 189 trabajadores médicos se han contagiado y 2 mil 259 fallecieron por Covid-19. El personal infectado representa el 13.5 por ciento del total de casos en el país. El reporte señaló que del total de contagios el 41 por ciento son trabajadores del área de enfermería y el 48 por ciento de quienes fallecieron eran médicos. Entre las víctimas, además de los médicos y médicas, destaca personal de enfermería, radiólogos, promotores de salud y personal administrativo en áreas de salud.

La Ciudad de México, Estado de México, Veracruz, Puebla, Tabasco, Jalisco, Guanajuato, Tamaulipas, Chihuahua y Sonora, concentran el 62 por ciento de las defunciones de personal médico.

El repunte de la pandemia seguirá después de los festejos de Navidad y Año Nuevo. Aunque parezca increíble, el aumento de casos se debe a que muchos tienen que salir a buscar sustento, pero también a que otros participan en reuniones o realizan actividades no necesarias. En las últimas semanas vimos las filas para conseguir oxígeno y cientos de personas afuera de los hospitales, esperando información de algún familiar internado de emergencia y ni con esas escenas disminuye la afluencia en las calles.

Hace falta empatía para el personal de salud que ya no se da abasto con los brotes del contagio. Desde mediados de año ya están agotados. El Valle de México, que es de los más saturados, recibió a médicos de otras entidades para atender la emergencia. El titular del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), Juan Ferrer, explicó que la dependencia que encabeza ha contratado y reclutado 18,886 trabajadores, destinados a la atención exclusiva de la COVID-19 en 30 entidades.

Detalló que se han transferido recursos para la contratación de 4,029 plazas en los institutos nacionales de alta especialidad, 4,331 plazas para el ISSSTE, lo que suma un total de 27,246 plazas autorizadas de personal médico, paramédico y afines.

Asimismo, anunció que se tiene considerado un plan de regularización de más de 17,000 trabajadores para el próximo año, que son los que autorizó Hacienda, pero que para 2024, se contempla la regularización de más de 80,000 trabajadores de la salud.

Con la llegada de la vacuna podemos respirar más tranquilos. Sin embargo, se tendrá que esperar para que comience a regularizarse la vida en el país. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) inició la estrategia “Operación Chapultepec”, para dar apoyo al personal médico en las regiones más afectadas por la epidemia.

El fin de semana pasado comenzó la segunda jornada de vacunación contra coronavirus, dando prioridad al personal de salud y el resto de la población en grupos por edad, de 80 y más años, de 70 a 79 años, de 60 a 69 años, de 50 a 59 años, de 40 a 49 años y finalmente la población menor de 40 años.

Ya hubo quien quiso aprovechar su posición y se saltó la norma. El director del Centro Médico “Lic. Adolfo López Mateos”, de Toluca, Estado de México, José Rogel Romero, fue separado del cargo luego de que se diera a conocer el uso indebido de vacunas contra covid-19 al beneficiar a su familia con dosis. El presidente Andrés Manuel López Obrador recordó que no se permitirá el influyentismo.

Sin embargo, no ha sido el único caso. En Coahuila también se habrían colado 29 funcionarios para vacunarse, de acuerdo con reportes de diarios locales, los cuales detallaron que entre las personas inyectadas había gente que no atendía a pacientes COVID-19, como el caso del doctor Alejandro Silva, quien brilló no por su profesionalismo, sino por el hecho de que recibió la vacuna contra el coronavirus aun cuando su especialidad es la oftalmología, por la cual no puede ser catalogado como personal de salud de primera línea en la lucha contra la enfermedad.

El personal de salud en primera línea de batalla contra la Covid-19 son héroes. En pocas ocasiones se les ve el rostro, pero eso no impide que quienes estuvieron en sus manos y pueden contarlo estén agradecidos con ellos. Es un fin de año triste para muchos y el que inicia será complicado. Sin embargo, a los mexicanos los caracteriza su tenacidad para superar los momentos difíciles.

DESDE EL CENTRO

Que 2021 sea mejor. Feliz año.

abicorrea79@hotmail.com