Mérida, Yucatán.- Vecinos del fraccionamiento Residencial Pensiones, la mayoría de la IV etapa, recurrirán al amparo para frenar la instalación de ductos de gas natural, que empezó hace poco más de un año.

Para iniciar esta batalla en los tribunales, los inconformes, a través de redes sociales, están convocando a habitantes de la zona a reunir documentos necesarios para interponer el recurso ante un juzgado.

Foto: Cortesía de Dolores Vera

La decisión de buscar este recurso obedece a que, hasta ahora, no han recibido respuesta a las peticiones que han realizado directamente ante autoridades estatales y municipales; “ni siquiera han respondido”, argumentan.

“Nadie quiere tener un polvorín en la puerta de su casa”, explica María Dolores Vera, una de las vecinas que ha luchado desde hace un año por impedir las obras de instalación de los ductos en la zona residencial que habita desde hace 33 años.

Antes de considerar la vía del amparo como defensa, los ciudadanos, la mayoría gente de la tercera edad, además de pedir la intervención de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida, “hicieron ruido” por medio de mantas que colocaron en las ventanas y rejas de sus casas para llamar la atención y que “volteen a verlos”.

Muchos de ellos también optaron por dejar sus vehículos en las puertas de sus casas para evitar que la empresa pudiera meter maquinaria pesada para abrir las calles, como ya ocurrió en las inmediaciones del colegio Rochavi, muy conocido en la zona.

Los residentes que no están a favor de este nuevo servicio, que ofrece la empresa Engie, argumentan que es inseguro porque las tuberías -que, por cierto, ya se instalaron en la colonia El Porvenir y parte de Residencial Pensiones- están, a poca profundidad -unos 80 cm- bajo calles que pueden colapsar y causar una explosión, debido a que “están muy viejas”.

María Dolores recuerda que desde que se anunció que iban “meter” los ductos de gas natural doméstico, los vecinos buscaron formas de frenar las obras; sin embargo, además de que las autoridades locales no los escucharon, la empresa, bajo engaños, las inició.

Aunque ahora las obras están detenidas, los vecinos están convencidos de que el proyecto sigue en pie y que si no ha continuado no es porque el gobierno haya considerado su inconformidad, sino por otras razones que no se ha informado.

Foto: Cortesía de María Dolores Vera.

“Hace 35 años, cuando en algunas zonas nuevas de la ciudad, comenzaron a instalarse cables de electricidad subterráneos, solicitamos que se hiciera lo mismo en las nuevas etapas de Pensiones, pero la respuesta fue: ‘el suelo no es apto’”, dice María Dolores, quien rememora esto para reafirmar una de las razones por las que no quieren el servicio.

Ella asegura que no están en contra de que el combustible se emplee en zonas habitacionales, pero que sea sólo para los nuevos fraccionamientos, en los que pueden planearse bien la instalación de los ductos antes de construir las calles, una vez concretados los estudios necesarios de suelo y garantizar que los ductos sean seguros.

La declarante recuerda que Engie organizó varias reuniones con vecinos de la zona -ella a acudió a dos- en las que les habló de las bondades del combustible, pero que muchos vecinos expresaron su inconformidad y rechazaron la instalación de los ductos.

Algunos habitantes de Pensiones expresaron que representantes de la empresa también estuvieron recorriendo las casas para comentarles a los vecinos del proyecto y los invitaban a “firmar” una suerte de “conformidad” con la instalación de los ductos; sin embargo, hasta ahora, ninguno de los inconformes ha firmado contrato.