Mérida, Yucatán.- El reciente anuncio de que las zonas arqueológicas permanecerán cerradas para los visitantes el día de la llegada de la primavera 2021 cayó como balde de agua fría al sector turístico de Quintana Roo y Yucatán.

¿Por qué? Porque si hay una fecha que genera un gran movimiento de turistas, y, por ende, una derrama económica importante para ambos estados, nada despreciable para un sector particularmente golpeado por la crisis económica causada por las restricciones sanitarias, es precisamente en el cambio de estación de marzo.

Este año, la primavera entrará puntual a las 3:37 de la madrugada del día 20 de marzo (recordemos que, desde hace varios años, la primavera ya no llega el 21), pero tanto ese día como los dos siguientes, el acceso a los sitios a los que tradicionalmente acuden los visitantes a “cargarse de energía” estará restringido.

Mira el video de una turista ebria que burló la vigilancia y subió al Castillo de Chichén Itzá

Sin embargo, la decisión que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tomó a fin de evitar aglomeraciones y contagios de Covid-19 en Yucatán no es un obstáculo para quienes deseen ser testigos del descenso de Kukulcán, pues éste ocurre muchos días antes y muchos días después de las fechas mencionadas.

De acuerdo con el Calendario Arqueoastronómico elaborado por Eddie Salazar Gamboa, los “triángulos de luz” comenzarán a formarse desde el 5 de marzo; en esa fecha, es posible ver 5 de ellos. Conforme avancen los días, el número se incrementará, y el día 16 serán 7.

Esa cantidad de triángulos de luz, la que más comúnmente apreciamos y vemos en las fotografías del mal llamado “equinoccio”, permanecerá igual hasta el 24 de marzo. Pero si aún así no puedes acudir, tampoco te desilusiones: a partir de esa fecha, podrás apreciar 9 figuras y así podrás verlas en las escalinatas, poco antes del ocaso, hasta el 6 de abril.

Así, aunque la medida del INAH busca evitar las concentraciones de personas los días de mayor afluencia para estas fechas de marzo, tal como ocurrió el año pasado, Kukulcán no tendrá que descender en la soledad.

Vale también recordar que en la transición del verano al otoño 2020, el acceso a Chichén Itzá para observar el fenómeno arqueoastronómico sí se permitió; de hecho, ese fue el día de la reapertura tras el cierre de seis meses por las medidas sanitarias en la entidad.