Mia , una hembra de buitre, se ha convertido en la primera ave biónica del mundo. Aunque ya había habido pájaros a los que se les habían sujetado patas artificiales con correas, la de Mia es la primera prótesis osteointegrada (de unión esquelética directa) que se implanta a un ave. Lo ha hecho Oskar Aszmann y su equipo en el departamento de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética de la Universidad de medicina de Viena, considerado durante mucho tiempo como líder mundial en reconstrucción biónica de brazos controlados por la mente en humanos.

Gracias a su técnica de osteointegración esta buitre -el ave más grande de Europa, con hasta 2,6 metros de envergadura- ha logrado tener un nuevo pie que le permite poder aterrizar, andar con dos patas y sujetar sus presas.

La base del pie artificial se ha unido directamente al extremo del hueso de la pata en el muñón residual del ave, explican los responsables de la intervención en un informe sobre el procedimiento publicado recientemente en Scientific Reports .

Mia , explican, comenzó a intentar caminar solo tres semanas después de la cirugía y podía apoyar todo su peso sobre la pata biónica después de seis semanas. Ahora camina y aterriza con normalidad.

En aves grandes como los buitres, la pérdida de extremidades provoca la pérdida de la capacidad de caminar y, en última instancia, la muerte por desnutrición. El miembro puede ser sustituido por una prótesis pero, hasta el momento, no había sido posible utilizar ejes protésicos convencionales por las elevadas cargas que deben soportar esas patas en su uso diario.

En el caso de Mia , la quebrantahuesos llegó al santuario de búhos y aves rapaces en Haringsee (Baja Austria) y Sarah Hochgeschurz, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, recurrió al equipo de Aszmann en busca de ayuda porque estaba tan lastimada que hubo que amputarle la parte inferior de la pata, su pie .

“Sin embargo, los pies son herramientas vitales para un buitre, no solo para aterrizar y caminar, sino también para sujetar a sus presas, de modo que esos pies deben soportar diversas cargas”, y Mia no habría podido sobrevivir sin uno mucho tiempo, explica Hochgeschurz en un comunicado sobre la intervención realizada. De ahí que, tras conocer el caso, Aszmann se animara a diseñar y fabricar un implante óseo especial que se podía unir quirúrgicamente al muñón del ave.

(Información completa: la vanguardia)