Por Jesús Mejía

Mérida, Yucatán.- Enrique Peña Nieto, el presidente, saludó a cuantos pudo de entre los yucatecos que acudieron a obtener su televisión. Sonriente, apretó manos, abrazó ancianas, tomó “selfies” y reconoció: “el que muchas veces se despide, no tiene ganas de irse”.

En el acto de entrega de seis mil televisores, como parte de la transición de la televisión analógica a la digital, el presidente se sintió como en su casa, a gusto, de un lado para otro, en el deportivo la “Inalámbrica” de esta ciudad.

El encuentro fue con los más vulnerables, los más desprotegidos, pero al mismo tiempo los beneficiarios de los programas sociales. No hubo para protagonismos. Por eso, se hicieron a un lado la diputada federal Ivonne Ortega, la presidenta del Congreso local, Celia Rivas, quienes quedaron al margen.

Peña Nieto parecía estar en campaña. A su llegada al sitio, con el titular de Sedesol, José Antonio Meade Kuribreña, supervisó personalmente el registro como beneficiaria de la señora Amanda, quien sorprendida de la atención personal del presidente, recibió su televisión y se tomó la foto del recuerdo.

El mandatario saludó lo mismo a  hombres, mujeres con bebés en brazos y personas de la tercera edad provenientes de Conkal, Ixil, Mocochá, Chicxulub Pueblo, Ucú y Mérida. De igual manera, como si estuviera en campaña, saludó y se tomó “selfies” con los promotores de los diversos programas de Sedesol como “Prospera y “Seguros para madres de familia”.

En su recorrido por los módulos instalados en una cancha techada, Peña Nieto acudió a donde se encontraba la señora de rizos blancos, María Teresa Manzanero Cetina, quien  correspondió como una madre amorosa al saludo de Peña Nieto al atraer su cabeza y a la suya plantarle un beso en la mejilla.

“Quiero que sea un buen presidente”, susurró la octogenaria señora, con su colorido huipil y se rebozo, vecina de la comunidad meridana de San José Tzal, al oído del jefe del Ejecutivo, quien asintió y respondió: Claro que sí, muchas gracias.

Manzanero Cetina recibió, según expuso Meade Kuribreña, la televisión ocho millones 200 mil, de una meta a nivel nacional de 9.7 millones de televisores, y se tomó la fotografía con Peña Nieto con su caja de televisión en brazos.

Sin movimientos emergentes o reclamos sociales, Peña Nieto mostró un semblante alegre, revitalizado pese a su delgadez física. Se vio confiado.

Seguido del gobernador Rolando Zapata y miembros de su gabinete, el presidente se acomodó entre personas de la tercera edad para escuchar la intervención de Meade Kuribreña, atender un video sobre el programa de televisores digitales y dar un mensaje.

“Solamente quiero decirles que me da mucho gusto haber estado aquí, en Yucatán”, dijo a la concurrencia conformada por hombres y mujeres de extracción modesta, a muchos de los cuales saludó de mano, de abrazo y se despidió de beso.

Otra señora con el brazo izquierdo enyesado recibió también su televisión. Comprensivo, Peña Nieto sostuvo la caja con el aparato, mientras Meade pidió a un colaborador ayudase a la beneficiaria, quien a su vez pidió al mandatario un autógrafo en la escayola.

“Les dejo un saludo a todas las familias yucatecas. Un saludo con gran cariño, con enorme respeto y con gran afecto”, fue la despedida en su última visita a Yucatán en este agonizante 2015.

Atrás quedaron centenares de hombres y mujeres de la tercera edad que acudieron a recibir su televisión y otros conocidos personajes que buscaron aprovechar la ocasión para hacerse notar, como la ex gobernadora, quien vestida de tradicional huipil, buscó condescender.