Mérida, Yucatán.- En poblaciones del interior del estado se carece de insumos médicos para la detección oportuna del VIH/SIDA en mujeres embarazadas, denunció la investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Rocío López Quintal.

Por ello, consideró que la propagación del SIDA en mujeres gestantes tiene un nuevo factor: el desinterés del sector salud para abastecer las clínicas de zonas rurales con pruebas para detección de la enfermedad.

La especialista estimó que la presencia de mitos, la migración y las mujeres con baja escolaridad configuran un marco de vulnerabilidad asociada con la potencial adquisición del VIH.

Según se ha podido comprobar en localidades como Tahdziú y Chacsinkín se carece de la práctica de ofrecer la detección de manera rutinaria.

Aunque todas las mujeres embarazadas deben someterse a la prueba de VIH para prevenir la transmisión, existe una falta de recursos destinados al cumplimiento de esta norma que tiene como consecuencia que la aplicación sea irregular.

“Es una falta que pone en riesgo, es algo muy serio. No se están destinando los recursos para una aplicación estricta de la norma y se está jugando la ruleta rusa, a veces sí y a veces no”, acotó.

López Quintal señaló que con financiamiento del Fondo Mixto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) desarrolló un diagnóstico para conocer los factores de vulnerabilidad asociados, a lo que la investigadora denomina “la díada migración-VIH/SIDA”.

Aclaró que es parte de un proyecto conjunto que se desarrolla en la frontera Norte, con Estados Unidos, así como con la Sur, con Guatemala, pero en calidad de pionera en el contexto de Yucatán.

Explicó que “los estudios antecedentes señalan que un migrante tiene tres veces más posibilidad de adquirir ésta enfermedad que un no migrante”.

La integrante del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” mencionó que “cuando la gente presenta movilidad, sale de sus contextos de origen por cuestiones de trabajo o estudios, sobre todo cuando es una migración forzada en el sentido de que es por una necesidad laboral, el contexto de vulnerabilidad aumenta, por lo que se está en mayor riesgo de adquisición del virus”.

Los primeros casos de la pandemia en Yucatán, relacionada con la población rural maya, abundó la experta, surgieron a partir del aumento de los índices del fenómeno de la migración.

Los primeros casos detectados en la capital ocurrieron en 1983 pero fue hasta 1987 cuando se registraron por primera vez en las comunidades del interior del estado, principalmente aquellas donde la movilidad por causas de trabajo iba en ascenso.

Explicó que la primera etapa del proyecto consistió en la realización de un diagnóstico mixto, tanto cualitativo como cuantitativo, en Tahdziú y Chacsinkín.

De acuerdo con el Informe de Pobreza y Evaluación en el Estado de Yucatán del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), ambos municipios se encuentran  entre los cinco con mayor porcentaje de población en situación de pobreza: 89.4 por ciento, en el primero, y 91.7 por ciento, en el segundo.

“Las condiciones que prevalecen en ese contexto de falta de medios de trabajo han llevado a que la migración se vuelva una estrategia de supervivencia para el ingreso familiar”, agregó la investigadora.

Durante el estudio, los entrevistados manifestaron que su ingreso era nulo antes de migrar, pues sólo subsistían de lo que producía su milpa y los apoyos gubernamentales.