Mérida, Yucatán.- Las investigaciones para conocer la causa de la muerte de la ballena de aleta, encontrada muerta el domingo frente a la costa de Yucatán, descartaron intervención directa del hombre en el deceso.

Sin huellas de impacto físico, ni lesiones externas o internas provocadas por actividad humana, los estudios practicados al animal arrojaron que éste muy probablemente pereció enfermo.

El biólogo Raúl Díaz Gamboa, director del Programa de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), reveló el informe preliminar que entregó este martes a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

“Y no encontramos nosotros ninguna evidencia de interacción humana, quiere decir esto que no hay evidencia de lesiones por redes, arpones o colisión con embarcaciones, cortes. Tampoco hay evidencias, que es la parte fuerte que nos solicitaron, de que el organismo haya muerto por exploraciones de yacimientos petroleros”.

El equipo de profesores y estudiantes detectó una malformación, es decir, un tumor que se encontraba expuesto en el cetáceo macho de unos 14 metros de largo y aproximadamente 20 toneladas de peso.

Sin embargo, por la localización de la concavidad, que no estaba cerca de órganos vitales, se desechó como probable detonante del fallecimiento.

El aspecto de mayor contundencia fue encontrado en la zona del estómago.

“Algo que llamó mucho la atención es que el sistema digestivo a nivel estomacal no tenía alimento para nada. Este organismo no se había alimentado antes de morir varios días, y además encontramos ulceraciones gástricas, profundas, múltiples en la primera cama estomacal.

“Entonces, esto indica un padecimiento pues digestivo que ya el organismo lo tenía desde ya un tiempo antes de morir. Esto nos podría indicar que este padecimiento hizo que después dejara de comer, que se enfermara o muriera, pero no es algo contundente porque pues no lo sabemos”, explicó Díaz Gamboa.

Subrayó que no se cuenta con una causa determinante que establezca al cien por ciento qué provocó la muerte del gigante.

Las muestras toxicológicas que estudiará el Cinvestav-Mérida se llevarán varios meses en su diagnóstico, pero se prevé que no modifiquen lo que se conoce hasta ahora.

“Serían nada más complemento, no es para que cambien el rumbo del resultado preliminar”, expresó el especialista de la UADY.

Otro paquete de muestras será enviado a Estados Unidos, más enfocadas a aspectos alimentarios y ecológicos, que ayudarían a saber qué comió el ejemplar en toda su vida, de dónde vino y cuestiones similares.