Mérida, Yucatán.- Un grito contra cualquier tipo de violencia hacia las mujeres simbolizó hoy la manifestación que agrupaciones civiles llevaron a cabo en el Centro Histórico de Mérida.

Con vestimenta de color negro y morado, en su mayoría, unas 400 personas, incluidos hombres, participaron en la caminata que partió de la Plaza Grande y siguió a los parques Eulogio Rosado y San Juan, y culminó en el zócalo de la ciudad.feministas2

Fue la expresión local de la Movilización Nacional Contra la Violencia Machista, en 42 ciudades, entre ellas Mérida y Valladolid.

Según las organizadoras, estuvieron representadas obreras, indígenas, jóvenes, estudiantes, militantes, trabajadoras sexuales y del hogar así como artistas, lesbianas, bisexuales, trans, madres, jefas de familia y mujeres de todas las edades.

“Esta es la iniciativa de varias compañeras feministas de toda la República Mexicana ante la violencia de género que ha ido en aumento a la par de la precarización de la vida, de las políticas neoliberales y la participación del Estado en la violencia del crimen organizado”, expresó Alejandra Quiñones Peraza.

“Nuestra condición de género, un Estado machista y heteropatriarcal, nos asesina con total impunidad y nos confina a la invisibilidad. Nos movemos desde la rabia e indignación, por todas las violencias machistas y feminicidas a las que sobrevivimos todas, todos los días”, agregó.

El nombre de las afectadas, dijo, saldremos a las calles a decir que ya estamos hartas de que en este país asesinen a 7 mujeres diarias con total impunidad.

“¡Vivas nos queremos!”, “¡Vivas nos queremos!”, arengó al frente del colectivo, cuyos integrantes respondieron con “¡vivas!, ¡vivas!”.

feministas3De acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, en Yucatán, aunque con menor frecuencia, se registran muertes violentas contra mujeres, que suman al menos 80 a la fecha, sin que sean tipificadas como feminicidio.

También hubo llamados de atención por la violencia sexual hacia las mujeres migrantes, la trata con fines de explotación sexual de mujeres y niñas, el tráfico de órganos y el esclavismo a plena luz del día.

Además condenaron la “revictimización” y la falta de justicia, la penalización del aborto y su criminalización, los bombardeos de mensajes de “cosificación” desde los medios y la publicidad sexista, el acoso y el hostigamiento sexual en escuelas, en centros de trabajo.

El mensaje hubo reproches por el escaso o nulo acceso a los servicios de salud, los agroquímicos que envenenan, la violencia obstétrica, la permisividad y la violencia sexual en las calles, como el acoso callejero.