Recientemente, un equipo de las universidades de Georgia y Carolina del Sur observó que practicar regularmente este tipo de meditación disminuía el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares entre los jóvenes.

Pero el provecho del mindfulness va más allá. La doctora Betty Ann Chodkowski y sus colaboradores de la Universidad Vanderbilt, en EE. UU., sugieren que incluso podría ayudar a prevenir la obesidad desde la infancia. Según su teoría, las redes neuronales de los niños obesos los hace más propensos a comer en exceso. La razón sería que esta disposición de su cerebro favorece la impulsividad, con conexiones defectuosas que dificultan el autocontrol. Y la inhibición de impulsos es precisamente lo que técnicas como la atención plena pueden potenciar.

(Información completa: muyinteresante.es)