Por: María del Mar Boeta

Mérida, Yucatán.- La relación entre Plutarco Elías Calles y Bartolomé García Correa fue crucial para el desarrollo del Yucatán postrevolucionario y la razón por la que es considerado uno de los gobernadores más polémicos. Sin embargo, la correspondencia entre ambos evidencia un trato formal, incluso lejano, en el que no hay preguntas de índole personal.

De acuerdo con el historiador Ben Fallaw, el presidente desconfiaba de los políticos yucatecos después del asesinato de Felipe Carrillo Puerto y prefería mantener prudente distancia, así que Box Pato (pato negro), como también era conocido, nunca estuvo en su círculo cercano.

Estos datos formaron parte de la conferencia “Los artífices del Bartolismo en Mérida: La política urbana del gobernador García Correa 1930-1933” que Fallaw ofreció ayer en el Salón del Consejo Universitario del edificio Central de la Uady.

El catedrático en Estudios de Historia de Latinoamérica por el Colby College, Maine, es  autor del libro “Bartolome Garcia Correa and the Politics of Maya Identity in Postrevolutionary Yucatan” y ya cumplió 25 años visitando el estado para nutrir sus investigaciones. “El objetivo de mi trabajo es entender los orígenes del estado postrevolucionario y la importancia del indigenismo en la política porque García Correa fue el primer mandatario de origen maya. Su vida es una ventana de la sociedad de la época”, explicó.

Fallaw compartió datos generales de la vida personal y política del mandatario, como su nacimiento  en 1893 en Umán, hijo de Lorenzo García y Rosa Correa.  Por los recursos económicos de sus padres pudo estudiar un colegio particular y el Instituto Literario donde salió con el título de profesor aunque a la par se formó como contador.  Como maestro ejerció un año y en 1910 regresó a su municipio natal para dedicarse a la política.

Las tendencias políticas de Box Pato fueron reformistas, participando activamente con Salvador Alvarado en la implantación del gobierno constitucionalista, convirtiéndose poco después en alcalde de Umán. Felipe Carrillo Puerto fue su mentor y ocupó puestos importantes en el Partido Socialista del Sureste, aunque posteriormente, con el golpe delahuertista, se retiró al campo.

“En 1926 regresó a la escena política respondiendo al llamado del gobernador José María Iturralde Traconis, quien lo buscó con la aprobación de Calles para hacerse cargo del Partido Socialista que para ese momento estaba prácticamente destruido”, indicó Fallaw.

Con este impulso fue senador de Yucatán y participó en la formación del Partido Nacional Revolucionario (PNR, hoy PRI) que lo postuló para la gubernatura de Yucatán en 1930.

obra_box_pato2“La controversia que rodeó su gubernatura se debió a su cercanía con Calles, su responsabilidad en la matanza de Opichén y el ser primer gobernador de tez morena, lo que le valía descalificativos de sus enemigos”, agregó el historiador. “También nubló su gubernatura la quema del Diario de Yucatán”.

El catedrático añadió que Box Pato relegó a los campesinos por los intereses de la clase media aunque en su discurso se vislumbra autoritarismo y populismo. “Se enfocó en el cooperativismo, buscando un capitalismo más justo para los obreros. El rescate del henequén por el Banco de México, aunque oficialmente fue a título de crédito, era una deuda impagable, obligando a reducir los salarios de los jornaleros y a un recorte presupuestal que afectó a todos”.

A pesar de su cercanía con Calles no buscó conflictos con el arzobispo de Yucatán,  Martín Tristchler y Córdova y “definitivamente no era anticlerical”, aseveró. Aplicó la censura, corrupción y a  nivel de reparto agrario no quiso tocar haciendas y prefiero donar ganado y donar más recursos a las escuelas rurales.

En esta época se “dignificó lo maya pero como parte del pasado, la ‘civilización’ vendría con la cultura occidental y transformación de los mayas en mestizos”, señaló Fallaw, finalizando la conferencia destacando que Box Pato creó  bases políticas en Yucatán que perduraron durante año.

Después de 1934 , García Correa se retiró de la política y se mudó a Colima, donde falleció en 1978.